La relación entre Letizia y Felipe está marcada por la distancia. Desde hace tiempo, no hay vida conyugal más allá de los actos públicos. Así lo definió la periodista Pilar Eyre: “un equipo de trabajo”. Todo comenzó en 2013, con las tensiones internas en la familia. Continuó con la abdicación de Juan Carlos I. Y se agravó con los rumores de infidelidad que estallaron hace poco más de un año.

El nombre del abogado Jaime del Burgo volvió a sonar con fuerza. Su confesión pública sacudió los cimientos del matrimonio real. Aunque Felipe ya conocía los hechos, lo que le molestó fue la exposición mediática. Desde entonces, nada volvió a ser igual. Tampoco los veranos.

Letícia i Jaime del Burgo / TV3
Letizia y Jaime del Burgo / TV3

Paripé de la familia real en Marivent

Como cada año, la familia real pasará unos días en Marivent, donde se celebrará la tradicional recepción oficial en Palma y el paseo de Letizia con Leonor, Sofía y la reina Sofía por los mercadillos locales. También se espera que la familia al completo se involucre con su presencia en alguno de los eventos culturales de la isla balear.

Posteriormente, a principios de agosto, el clan Borbón abandonará Marivent para disfrutar de unas vacaciones privadas. Se desconoce el destino. Hace años que se oculta. Letizia es quien pide total discreción desde que es reina. No quiere que vuelvan a fotografiarla en bikini como ocurrió cuando era princesa y el rey Juan Carlos I proclamaba cuál sería el destino de vacaciones de la familia real para que todos pudieran ver su ostentación. Además, tampoco quiere que fotografíen a sus hijas.  Suficiente enfado se cogió cuando captaron a la princesa Leonor en bikini en una playa de Uruguay durante su travesía en el Juan Sebastián Elcano.

Vacaciones privadas sin familia

Y a su vuelta, la consorte tiene previsto separarse del resto de la familia y disfrutar de su tiempo libre en Grecia. Y según la fuente que nos lo revela, lo hará en compañía de la persona con la que comparte su vida sentimental en la actualidad. Concretamente en una exclusiva villa valorada en 4,5 millones de euros, propiedad de la familia real holandesa. Se trata de una mansión de lujo en la isla de Spetses, un enclave privado con acceso directo al mar Egeo.

Mansión griega de la familia real holandesa
Mansión griega de la familia real holandesa

Esta residencia fue adquirida por Máxima de Holanda en 2012. Cuenta con más de 4.000 metros cuadrados, varias casas independientes y unas vistas espectaculares.

Pero eso no es todo. Letizia no solo descansará en tierra firme. También disfrutará del mar, a bordo de un yate de lujo, cuyo alquiler asciende a 4.000 euros diarios. Un barco totalmente equipado, con camarotes, jacuzzi, chef privado y, sobre todo, discreción total. El entorno ideal para una escapada silenciosa, lejos del foco mediático.