La reina Letizia siempre ha tratado de proyectar una imagen racional, estricta, alejada de supersticiones. Pero detrás de las paredes de Zarzuela se esconde una realidad muy distinta. La consorte de Felipe VI paga a videntes que acuden de forma regular al palacio. “Le tiran las cartas, le hacen sanaciones y limpiezas energéticas”, revelan fuentes próximas.

La afición no es nueva. Letizia siempre mostró interés por el ocultismo y el esoterismo, aunque lo mantuvo en secreto. En Madrid, según publicó Look, acudía de incógnito a la Central de Callao, una librería especializada. Allí compraba manuales de tarot, astrología y rituales. Vestía de manera distinta, con el pelo recogido y gafas oscuras, intentando pasar inadvertida. Incluso pedía a sus escoltas que se alejaran para que nadie la relacionara con esa visita.

Letizia
Letizia

La reina Letizia, de incógnito comprando libros de esoterismo

Con el paso de los años, esta curiosidad se ha transformado en práctica habitual. Ahora no necesita salir de palacio. Son los videntes quienes entran en Zarzuela. Lo hacen con discreción, sin llamar la atención, bajo la cobertura de citas privadas. Una vez dentro, trabajan con cartas del tarot, péndulos y todo tipo de rituales. Se habla incluso de limpiezas de aura y sesiones de energía para “liberar tensiones”.

La influencia de Sofía en este aspecto fue decisiva. La reina emérita siempre mostró fascinación por estas prácticas. Se rodeó de tarotistas, viajó con J.J. Benítez, compartió experiencias sobre el más allá y consultó a médiums con frecuencia. Letizia, al principio incrédula, escuchó sus relatos. Y fue Sofía quien la animó a dejarse echar las cartas por primera vez.

Práctica heredada de la reina Sofía

Desde entonces, la esposa de Felipe VI encontró un refugio en este mundo. En un entorno donde todo es protocolo, rigidez y miradas públicas, los rituales se convirtieron en un espacio de desahogo personal. Allí pregunta por su futuro, por su vida sentimental, por la relación con sus hijas. Y según revelan algunos, incluso por sus enemigos en la política y la prensa.

Letizia en un acto en Madrid
Letizia en un acto en Madrid

En Zarzuela no todos aprueban esta práctica. Algunos miembros del servicio consideran “extraño” ver entrar y salir a personas con barajas de tarot y amuletos. Pero nadie se atreve a cuestionar a la reina. Los más cercanos aseguran que se ha vuelto dependiente de estas consultas, hasta el punto de organizar varias sesiones cada mes.

En cualquier caso, el contraste es muy llamativo. Mientras en público se declara atea y rehúye los actos religiosos, en privado abre la puerta a prácticas ocultistas. Se habla de sanaciones, de rituales de protección, de objetos colocados en habitaciones concretas para evitar “energías negativas”. Todo ello pagado de su propio bolsillo, con discreción absoluta.