La reina Letizia acaba de recibir una inesperada noticia que la ha dejado con muy mal cuerpo. Hace unos años les explicamos que la reina había encontrado a una persona de confianza que se había hecho cargo de un lugar de importancia primordial para ella. Y es que no tiene que ser fácil, siendo la reina, encontrar a alguien que ejerza un cargo tan próximo a ella como el de jefa de la Secretaría de Letizia. Y este es el cargo que ocupa María Dolores Ocaña. Pero un año después de su nombramiento, la abogada acaba de dejar con el pie cambiado a la mujer de Felipe, ya que ha tomado la firme determinación de abandonar su lugar.

Los motivos, además, no dan motivo a la tranquilidad, ya que se trataría de "motivos personales". Fuentes próximas a Zarzuela aseguran que ha sido una decisión muy difícil y muy meditada, que le ha dado vueltas y no ha sido fácil para ella, ya que al lado de Letizia está feliz formando parte del equipo de Casa Real. Ocaña y Letizia tienen una evidente conexión, cosa que quedaba patente en las diferentes apariciones públicas. Pero ahora, por razones "sobrevenidas" de ámbito personal y familiar "le habrían empujado a tomar esta drástica e inesperada decisión". En la revista Lecturas hablan de "terremoto interno" que llega solo después de un año en que aceptó el reto de ser la primera mujer en hacerse cargo de la jefatura de la Secretaría de la reina.

Incorporada el mes de abril de hace un año, la mano derecha de Letizia en todo este tiempo ha compaginado su agenda real participando en reuniones y actos oficiales, ampliando responsabilidades al asumir también la coordinación de la agenda oficial de la infanta Sofía. El adiós definitivo al cargo será de aquí a un par de meses, en agosto, coincidiendo con las vacaciones de la familia real en Palma de Mallorca. ¿Cuál será su último acto? Justamente en ses illes, en una cita que a Letizia le encanta, y a quien acompañará en la tradicional clausura de la Atlántida Film Festival del 3 de agosto. La otra duda que quedaría por saber sería quien ejercerá ahora este cargo, quién tomará el relevo de Ocaña, cosa que se tendría que saber en las próximas semanas. No será fácil encontrar a una mujer que se convierta en la nueva persona de confianza de Letizia en unos momentos importantes para la monarquía. Sea como sea, "este adiós supone un fuerte varapalo para la consorte que se había adaptado a la perfección a ella y había entendido a las mil maravillas su forma de trabajar".

Y es que de lo que empezó en una relación profesional se pasó a un fuerte vínculo personal entre las dos, con mucha confianza de la reina y ella, "se nota en los gestos cotidianos, en las miradas cómplices durante los actos públicos y en la forma natural en que interactúan, como dos personas que comparten no solo obligaciones, sino también afinidades personales. Aparecían juntas en los actos públicos como dos buenas amigas. Para la historia quedará esa estampa en la que la Reina cubrió con el paraguas a su secretaria".