Si 2018 fue el año que hundió la imagen de la reina Letizia, la consorte se ha propuesto que 2019 sea la reconquista. La mujer de Felipe VI ya ha comprobado que tener de su lado a los grandes medios, el IBEX 35 y la mayoría de los partidos políticos españoles no le sirve de nada. Para su primera aparición pública desde hace días ha escogido un look humilde: una falda de serpiente de Zara que no vale ni trece euros y pelo blanco en abundancia. La noticia del aumento del Presupuesto de Casa Real (7,99 millones) se disimula así: falda de 12,99 y no le queda ni para tinte.

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EFE

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Zara

La prensa va loca con si se agotará la falda animal a print de choni o no. Da igual, es tan antigua que la prenda está descatalogada. Más interesante es lo que escribe Carlos García-Calvo en el diario El Mundo: mientras toda la prensa cortesana mira el dedo, nadie mira la luna que señala: "Letizia goza de la agenda más breve de todas las consortes europeas que, com laso reinas Matilde y Máxima, tienen acto casi a diario". Es decir, que rehúye el trabajo, si se puede llamar trabajo.

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Casa Real (17 de enero)

Que en una semana haya tenido dos únicos actos es penoso, que encima sean de este talante sin pisar calle, peor. Si 2018 demostraba que la reina es huraña, 2019 empieza con otra denuncia: Letizia es un zángano.