La reina Letizia ha comenzado a mover hilos para evitar que los hijos de la infanta Cristina utilicen el Palacio de la Zarzuela como residencia de paso. Lo que empezó como una solución provisional tras los problemas académicos de Irene Urdangarin, está a punto de convertirse en una costumbre estival, algo que la reina quiere impedir a toda costa.

Durante el año pasado, Zarzuela se convirtió en un Airbnb por parte de los nietos Urdangarin de los eméritos. Primero fue Irene, que tras no ser admitida en la Universidad de Lausana decidió hacer una pausa y refugiarse bajo el ala protectora de su abuela, la reina Sofía. Allí pasó un año sabático entre septiembre de 2023 y agosto de 2024. Solo dejó de estar allí tres meses en los que se fue a Camboya a realizar un voluntariado.

Irene Urdangarin Telecinco
Irene Urdangarin / Telecinco

Irene Urdangarin planea volver a Zarzuela este verano

Posteriormente, a principios de 2024 llegó Miguel, tras una lesión que le obligó a suspender temporalmente sus estudios. Ambos pasaron varios meses en las dependencias reales, lo que provocó tensiones logísticas, mediáticas y familiares. Mientras que Juan se sumó en verano. Había más Urdangarin en palacio que borbones.

Aunque Zarzuela pertenece a la familia Borbón en su conjunto, el entorno más cercano de Felipe VI, Letizia y sus hijas, reside en el Pabellón del Príncipe, un recinto independiente dentro del mismo complejo. Sin embargo, el ir y venir de jóvenes Urdangarin generó cierta inestabilidad en la residencia, y lo que más ha preocupado a Letizia ha sido la posibilidad de coincidir con Leonor y Sofía en espacios comunes, especialmente durante las vacaciones.

infanta Cristina fills Juan Valentin Miguel Irene Urdangarin
Infanta Cristina, Juan Valentín, Miguel e Irene Urdangarin

La reina Letizia presiona para que los Urdangarin no se acerquen por Zarzuela

Según fuentes cercanas a palacio, Letizia ha sido la voz más firme en poner límites. Su preocupación no es solo por la convivencia, sino también por el control de la imagen pública de sus hijas. El hecho de que los primos Urdangarin, vinculados aún a la sombra del caso Nóos, se muevan libremente por Zarzuela, no encaja en la estrategia para preservar la imagen de la corona.  Ni quiere que coincidan con Leonor y Sofía, ni los quiere tener rondando por palacio mientras el núcleo duro de la familia está de vacaciones.

Ahora, se habla de un inminente regreso de Irene a Madrid. Sus pertenencias llegarán antes que ella en camiones de mudanza, y se habla de que sus intenciones pasan por instalarse más allá del verano. Y el simple hecho de que su nombre vuelva a sonar dentro del recinto ya ha activado el veto de Letizia, quien no quiere ni a Irene, ni que tampoco se sumen Juan y Miguel.