La salud de Ernesto de Hannover, conde de Hannover y príncipe alemán, atraviesa uno de sus momentos más oscuros. A sus 71 años, ha sido ingresado de urgencia en la clínica Ruber Internacional de Madrid, en lo que supone su enésimo revés médico en los últimos años. Sus allegados más cercanos hablan de un declive acelerado, de un cuerpo cada vez más frágil, y de una enfermedad de fondo que no tiene cura. Aunque no se ha hecho público un diagnóstico concreto, algunos lo describen como una condición degenerativa e irreversible.

A pesar de este preocupante panorama, no todos dentro de su entorno familiar y social muestran signos de compasión. Su hija Alexandra, por ejemplo, tal y como te hemos comentado, no quiere saber nada de él. Y algo más alejado, otros personales de la realeza que nunca vieron con buenos ojos su comportamiento. Por ejemplo, la reina emérita Sofía. Aun sabiendo que su primo se encuentra en una situación límite, Sofía ha mantenido una postura firme: ni una visita, ni una llamada, ni una palabra.

Ernesto de Hannover / Gtres
Ernesto de Hannover / Gtres

La reina Sofía mantiene las distancias con Ernesto de Hannover

La razón no es nueva, y se remonta a años de distanciamiento marcado por diferencias personales y morales. La reina Sofía, siempre defensora de una imagen pulcra y discreta de la realeza, nunca aprobó el estilo de vida de Ernesto. Su historial de escándalos, excesos y polémicas ha sido, durante décadas, una fuente de malestar y bochorno para muchos dentro de la familia real europea, y especialmente para Sofía, que siempre ha protegido la institución por encima de cualquier vínculo sanguíneo.

Quienes conocen el trasfondo aseguran que la reina emérita rompió lazos con Ernesto hace años, decepcionada por su comportamiento errático y, según sus propias palabras, “sin propósito ni contención”. Desde entonces, la relación ha sido inexistente, y no ha habido ningún intento de reconciliación, ni siquiera ante el deterioro del príncipe alemán. Incluso en este momento crítico, Sofía no muestra señales de acercamiento.

Ernesto de Hannover en Madrid
Ernesto de Hannover en Madrid

Mientras en otros sectores de la realeza se habla de empatía, de familia y de humanidad, la madre del rey Felipe VI opta por la distancia absoluta, guiada por un código personal que no deja espacio para la lástima. Fuentes cercanas a Zarzuela aseguran que, para ella, Ernesto es “una herida cerrada”, y que cualquier gesto de compasión sería interpretado como una concesión a quien nunca aceptó.