La princesa Leonor emprendió el viaje a bordo del Juan Sebastián Elcano con la intención de vivir una experiencia formativa, simbólica y disciplinada, en línea con su papel como futura jefa de Estado. Este jueves 5 de junio llega a Nueva York. Desde allí, Leonor volverá a España en avión, mientras que el resto de tripulantes y guardiamarinas lo harán por mar. Una vez en España, Leonor volverá al buque para visitar algunos puertos de la costa española antes de acabar donde empezó, en el puerto de Cádiz.

Sin embargo, nadie en Zarzuela contaba con que ese trayecto por el Atlántico se viera empañado por un asunto del corazón. Todo comenzó como una amistad inocente. Durante los primeros días de navegación, un joven guardiamarina atractivo, educado y proveniente de una familia acomodada de Madrid, empezó a pasar más tiempo con la heredera. Conversaciones en cubierta, juegos de cartas, cenas compartidas y, poco a poco, cierta intimidad. Para algunos tripulantes, se trataba simplemente de una amistad juvenil; para otros, algo más.

Elionor a Panamà
Leonor en Panamá

Leonor, retratada con su ‘amigo especial’

Las alarmas se encendieron cuando, durante una escala en Latinoamérica, aparecieron imágenes captadas por curiosos en las que ambos compartían momentos de extrema cercanía en una fiesta en Brasil o paseando por la playa en Uruguay. El fotógrafo que los captó aseguró incluso que se besaron. Desde entonces, el nombre del cadete empezó a circular más allá de las cubiertas. Algunos miembros del entorno real empezaron a indagar más sobre él. Y lo que descubrieron no gustó nada.

Este joven, que aparentaba ser el compañero ideal, tenía tras de sí una reputación conocida en ciertos entornos elitistas: oportunista, hábil para manipular, y con ambiciones de ascenso social a través de sus relaciones personales. Y a medida que la información llegó a oídos de la princesa Leonor, su actitud cambió.

Elionor i el seu 'amic especial' / 'Bunte'
Leonor en Uruguay / 'Bunte'

Los rumores llegan a la princesa Leonor

Fuentes próximas al buque afirman que Leonor comenzó a mostrarse más reservada, menos efusiva. Observaba con detenimiento ciertos gestos del cadete: su forma de hablar frente a las cámaras, su insistencia en aparecer en imágenes conjuntas, su tendencia a exagerar la cercanía con ella delante de otros. Lo que parecía cariño empezó a parecer actuación.

Aunque no se ha producido una ruptura formal, si es que realmente se puede hablar de una relación como tal, lo cierto es que Leonor ha tomado distancia emocional. En un entorno en el que la discreción lo es todo, su comportamiento más frío ha sido suficiente para que muchos entiendan que algo se ha roto.

Ahora todas las miradas están puestas en lo que ocurrirá este jueves. Casa real desplazará un equipo de comunicación a Nueva York para que toda España pueda ser testigo de la llegada de la heredera a tierras estadounidenses. Será un momento histórico en la formación de Leonor, en el que podremos comprobar si la princesa sigue posando al lado de su ‘amigo especial’.