La visita de los reyes a Navarra, con la princesa Leonor a la par, promete ser uno de esos momentos claves de esta etapa. Por primera vez desde que sus padres ascendieron al trono, la Princesa de Viana —un título que acompaña su estatus— encarará un viaje cuyo significado va más allá de la simple agenda. Navarra, con su historia, su paisaje y su papel simbólico, la recibirá como una joven que encara, con paso firme, la responsabilidad pública que le corresponde. Pero hay un inconveniente, te contamos.
Entre los detalles que rodean la gira, hay un frente abierto en el terreno de la palabra. Y es que Letizia mantiene un papel central en la preparación de cada discurso y cada intervención pública de Leonor. Es frecuente que la experiencia periodística que acompaña a la reina se extienda a dar forma a los textos que la heredera debe pronunciar ante cámaras y asistentes, acompañada de un equipo de colaboradores.

En este marco, la joven ha ido ganando peso en la toma de decisiones desde que alcanzó la mayoría de edad, aunque la tensión narrativa de estos encuentros públicos no ha sido menor.Ahora, ella habría empezado a reclamar un hueco para su propia voz, para decidir el tono, el mensaje y, en última instancia, la forma en que quiere presentarse.
Leonor quiere ser más independiente
En el trasfondo de esta gira emerge la conocida presión institucional que acompaña a la dinastía: la asturiana, muy exigente con los estándares de presentación, controla muchos de los elementos que rodean la escena pública de su hija. No es una novedad que asuma el rol de editora de discursos, ajustando cada giro retórico con un criterio que ha ido moldeando durante años su experiencia en el ámbito institucional. Sin embargo, para la princesa, esta vez podría significar un umbral menos burocrático y más personal: la posibilidad de decidir, de manifestar “esto es lo que yo quiero decir” y de asumir la responsabilidad.

Este viaje, a su vez, cobra una dimensión especial por la circunstancia histórica del título de Princesa de Viana. Desde la llegada de los reyes actuales al trono, ella vio cómo su papel institucional evolucionó. Entre la formación académica, la disciplina castrense y las responsabilidades públicas. La ruta que recorre la familia real por las calles y enclaves navarros se vigila con especial atención por parte de la prensa y del público, que esperan una actuación que combine la sobriedad del protocolo con la autenticidad de una joven que sueña con influir en su camino.
La experiencia en estos casos sugiere que, con cautela y en un lenguaje cercano a la realidad de un equipo de comunicación que acompaña cada movimiento, Letizia seguirá supervisando con rigor. No obstante, lo que quiere Leonor es mostrar que pretende marcar su propio ritmo, imponer su criterio, y, por qué no, recibir el reconocimiento de que su desarrollo no depende exclusivamente de un guion preestablecido. ¿Tiene la capacidad de convertir sus ideas en mensajes públicos? Lo sabremos muy pronto.