La historia vuelve a dar un giro inesperado en torno a Lady Di, la mujer que, pese a su trágico destino, sigue cautivando al mundo entero con cada detalle de su vida. En esta ocasión, lo que ha salido a la luz no es una carta inédita ni una confesión oculta, sino una cápsula del tiempo enterrada en 1991 en el Hospital Great Ormond Street (GOSH). El hallazgo ha generado una ola de nostalgia, sorpresas y emociones que pocos podían anticipar. Lo que parecía un gesto simbólico terminó convirtiéndose en un verdadero viaje al pasado. En aquella ceremonia, Diana de Gales se unió a un grupo de niños para dejar bajo tierra objetos representativos de la época. Ahora, más de tres décadas después, el cofre secreto ha sido abierto, y lo que escondía ha dejado a todos con la boca abierta.
Cápsula del tiempo de Lady Di: un tesoro oculto durante más de 30 años
Los trabajadores del hospital, en medio de las obras para la construcción del nuevo Centro de Cáncer Infantil, se vieron obligados a recuperar la cápsula que estaba destinada a permanecer enterrada durante siglos. Dentro del contenedor, la magia de los años noventa se manifestó en toda su esencia: un CD de Kylie Minogue, una calculadora solar, un televisor de bolsillo, una colección de monedas británicas y hasta un holograma de copo de nieve que parecía sacado de una película futurista.
Sin embargo, el detalle que más estremeció fue la fotografía de Lady Di, cuidadosamente seleccionada para quedar como símbolo eterno de su vínculo con el hospital. Ese retrato, aunque afectado por la humedad, conservaba la mirada que conquistó a millones. Junto a él, se encontraron semillas de árboles dentro de una botella, un pasaporte europeo y una hoja de papel reciclado, recordando la conciencia ecológica que ya comenzaba a gestarse en aquella década.
Diana de Gales y su legado en el Hospital Great Ormond Street
Este hallazgo no es solo un viaje en el tiempo, sino también un recordatorio del papel fundamental que jugó Diana como presidenta del Hospital Great Ormond Street desde 1989. La princesa no era una figura decorativa: visitaba constantemente las instalaciones, compartía con los pacientes y se comprometía con causas que en aquel entonces apenas comenzaban a visibilizarse. La inauguración del edificio Variety Club en 1994 fue una de sus apariciones más memorables, pero el gesto de la cápsula revela una faceta más íntima y humana.
Lo más sorprendente es que este acto tenía un antecedente histórico. En 1872, la entonces princesa Alexandra, esposa de Eduardo VII, realizó un gesto similar enterrando una cápsula que, a diferencia de la de Diana, jamás pudo ser recuperada. Con este paralelismo, la cápsula de 1991 se ha convertido en un testimonio tangible del legado de la realeza británica en el hospital infantil más emblemático de Londres.
Pero este episodio no se limita a la nostalgia. Coincidiendo con la apertura de la cápsula, el hospital lanzó la mayor campaña de recaudación de fondos de su historia, con la meta de reunir 300 millones de libras para levantar el nuevo Centro de Cáncer Infantil. Un proyecto que busca ofrecer tratamientos menos agresivos y un entorno más humano para los pequeños pacientes, justamente en línea con lo que Lady Di habría deseado.