A pesar de la familia a la que pertenece y a que nunca le faltará de nada, Juan Urdangarin no ha tenido una vida fácil. Es el ejemplo de que el dinero no siempre da la felicidad. Desde muy joven ha tenido que enfrentar situaciones difíciles.
Todo empezó cuando estalló el escándalo judicial del caso Nóos. Aquello salpicó a su familia y también al propio Juan. Y a partir de ahí empezó su calvario. Durante sus años en Barcelona, tuvo que abandonar el Liceo Francés tras sufrir episodios de bullying por parte de compañeros que conocían la situación judicial de sus padres. Posteriormente, vivió un exilio silencioso que lo llevó a Washington, a Ginebra, y finalmente a Londres, ciudad en la que reside actualmente.

Juan Urdangarin todavía tiene secuelas de lo que sufrió por el caso Nóos
A lo largo de este tiempo, Juan ha llevado una vida caracterizada por la discreción y el recogimiento. A diferencia de sus hermanos Pablo, Miguel e Irene, él fue el que más intensamente vivió el conflicto familiar y social derivado del caso. Por este motivo, Juan ha necesitado ayuda psicológica. Lleva años siendo tratado por profesionales. Y así seguirá siendo durante mucho tiempo. El joven, de carácter tradicional y con profundas creencias religiosas, ha buscado alivio en retiros espirituales, llegando a pasar semanas enteras en conventos sin contacto con el exterior.
Estos psicólogos que lo tratan desde hace años en Suiza han detectado signos de agotamiento y aislamiento. La infanta Cristina ha sido constante en brindarle apoyo emocional y económico, cubriendo sus sesiones de terapia. Pero el entorno londinense se ha vuelto cada vez más opresivo para Juan.
El pasado verano ya se instaló durante unas semanas en la residencia de Zarzuela, donde compartió tiempo con sus hermanos menores, después de una crisis con el chico con el que compartía vivienda en la capital británica. Incluso mostró disposición a abandonar su trabajo en una empresa vinculada a la familia de José María Aznar. Pero la negativa inicial del rey Felipe VI a que se quedara en Zarzuela detuvo aquel plan. No obstante, en los últimos meses, la relación entre el rey y su hermana Cristina parece haberse reconducido, lo que ha permitido reabrir esta posibilidad.

Los médicos le recomiendan una desconexión de Londres
El equipo médico considera que pasar un tiempo en Madrid, rodeado de un entorno más familiar y controlado, puede ser beneficioso para su estado actual. En este sentido, Cristina le ha pedido a Felipe que le reabra las puertas. La idea no es establecerse permanentemente, sino pasar una temporada, especialmente durante el verano, con la opción incluso de realizar una breve escapada a Cerdeña, donde ya encontró cierto bienestar en 2023 y 2024.
Este cambio de aires, según los expertos, podría marcar un punto de inflexión en la vida de Juan Urdangarin. Un joven que ha vivido a la sombra de un conflicto público y familiar, y que ahora busca, por primera vez en años, reconectar consigo mismo y con los suyos.