La familia Urdangarin-Borbón ha atravesado tiempos difíciles, especialmente la infanta Cristina, cuya vida se ha visto profundamente afectada por el caso Nóos y sus consecuencias. Tras la entrada en prisión de su esposo, Iñaki Urdangarin, se vio obligada a enfrentar numerosas adversidades y a cuidar de sus cuatro hijos, incluido su hijo mayor, Juan Urdangarin.

Para escapar del escrutinio público, la familia encontró refugio en Washington y luego en Ginebra, donde Cristina decidió establecerse con su hija menor, Irene. Durante estos tiempos difíciles, el rey emérito Juan Carlos I proporcionó apoyo económico a su hija, asegurando la educación de sus nietos, con la excepción de Leonor y Sofía, cuyos estudios son responsabilidad de los actuales monarcas.

Juan Urdangarin fue el que peor lo pasó de sus hermanos con el caso Nóos

Juan Urdangarin, el hijo mayor, asumió un papel crucial dentro de la familia, protegiendo a sus hermanos y cortando los lazos con su abuelo, Juan Carlos I. Como defensor de su padre, responsabilizó a la monarquía de las dificultades familiares. Incluso llegó a exigir a su abuelo Juan Carlos que interviniera en el divorcio y se hiciera cargo de las peticiones de su padre.

Pablo Juan Irene Urdangarin GTRES
Pablo, Juan e Irene Urdangarin GTRES

Unas peticiones que no son ningún capricho. Y es que Juan, cuando estalló el caso Nóos, es el que peor lo pasó de los cuatro hermanos. La vida de Juan Urdangarin se vio complicada por el acoso escolar que sufrió durante su adolescencia, especialmente en Barcelona, donde sus compañeros le insultaban dentro de las aulas y los ciudadanos se metían con él en la calle.

Juan Urdangarin no ha abandonado la ayuda profesional

Así las cosas, Cristina tuvo que intervenir en la escuela y tomar medidas drásticas para proteger a su hijo. De hecho, estos episodios desagradables tuvieron mucho que ver con la decisión de irse a Estados Unidos. Aún así, la situación no mejoró.

Una vez instalados en Washington, la infanta Cristina buscó ayuda profesional para Juan, quien necesitaba asistencia médica para superar las secuelas emocionales del bullying. Y a día de hoy, Juan Urdangarin sigue recurriendo a esta ayuda inestimable y en muchos casos necesaria para sobrellevar las dificultades emocionales le ha tocado ir viviendo, incluido el divorcio de sus padres.