El estado de salud de Juan Carlos I ha encendido todas las alarmas en su entorno más cercano. A sus 87 años, el rey emérito se enfrenta a un cuadro médico cada vez más complicado, especialmente tras las últimas revisiones a las que se sometió en el hospital La Tour de Ginebra el pasado mes de marzo. Aunque en principio solo iba a realizarse un cambio de las pilas del marcapasos, una intervención menor que no requería anestesia general, los médicos aprovecharon para realizar otras pruebas, con resultados nada esperanzadores.

El mayor problema del emérito radica en su grave artrosis, una dolencia que ha afectado con especial severidad a su pierna izquierda, la cual prácticamente ha perdido por completo la movilidad. Los continuos problemas de movilidad, sumados a los efectos del envejecimiento y los numerosos intentos de mejora, como más de diez operaciones en las rodillas y la cadera, no han dado los resultados esperados. Tampoco han funcionado los tratamientos con células madre a los que se ha sometido. Los expertos han sido claros: debe usar silla de ruedas de manera permanente.

El estado de salud de Juan Carlos I se deteriora sin freno

Pese a su resistencia inicial, Juan Carlos I ha tenido que aceptar finalmente esta dependencia. Para él, mostrarse públicamente en silla de ruedas simboliza una derrota personal y monárquica, algo que siempre ha querido evitar. Sin embargo, su delicado estado físico no le deja más opción. Esta situación ha causado una gran preocupación en sus tres hijos, especialmente porque temen que el deterioro sea irreversible y que ocurra una urgencia médica sin capacidad de respuesta inmediata.

Joan Carles I a Sanxenxo / Gtres
Juan Carlos I en Sanxenxo / Gtres

Traslado de urgencia

Ahora llega el verano. Y como en otras ocasiones, para evitar el calor infernal de los Emiratos Árabes, Juan Carlos I buscará un lugar con temperaturas más suaves que no afecten tanto a su salud. Los médicos lo recomiendan de forma urgente. Y a sabiendas de que en España no puede quedarse tiempos prolongados por orden de Felipe VI, el lugar elegido para instalarse es Portugal.

Juan Carlos I
Juan Carlos I

De hecho, hace ya semanas que se habla de un traslado definitivo al país vecino. Concretamente a Cascais. Desde allí, los viajes a Madrid o a Sanxenxo serán más rápidos.  Y es que los viajes largos empiezan a sentarle mal al emérito. Además, en caso de urgencia, puede ser trasladado a la capital en menos de una hora, reduciendo las posibilidades de que muera fuera de España y, por lo tanto, que se produzca un nuevo escándalo alrededor del emérito que, además, sería una vergüenza para la corona española.