Juan Carlos de Borbón ya no es español: ahora es emiratí con todas las letras. Lleva 2 y medio residiendo en Abu Dabi, acaba de estrenar casa, está en pleno proceso de reagrupamiento familiar con Froilán y, lo más sustancioso: ha trasladado allí su residencia fiscal. Un movimiento que sirve para burlar la Hacienda española definitivamente. A partir de ahora, sus súbditos no verán ni un céntimo. Basta de declaraciones de renta, de regularizaciones de mala gana, de tener que dar explicaciones a la plebe y al fisco. Él, padre de la democracia, salvador de la patria, prohombre incomprendido y maltratado, cierra el bolsillo. Bueno, no notará la diferencia, porque siempre ha sido de la virgen del puño cerrado. Ahora, eso sí, con papeles. Jaque mate.
Ya ven que la situación es kafkiana: tenemos a toda un Jefe del Estado que ha reinado durante 40 años escondido en una jaula de oro extranjera para protegerse de sus escándalos, que lloriquea poder volver para pasar los últimos años de su vida con los amigotes, pero que anuncia que deja de ser contribuyente a las arcas públicas, es decir, al fondo común de prosperidad de sus compatriotas. Entendemos que la afición monárquica tiene un serio problema de nostalgia, echan de menos aquella época de supuesto esplendor borbónico (quizás también la de su padre político, claro), pero incluso así que sigan defendiéndolo y disculpándolo clama al cielo.

Pilar Eyre vuelve a desenmascarar el emérito Juan Carlos por su maniobra para burlar la Hacienda española
La noticia, avanzada por 'El Mundo', ha provocado un seísmo. Solo faltaría. La cara dura del personaje bien lo vale. Pero si tenemos que escoger, nos quedaremos una vez más con la opinión que más nos interesa, por rigor, por coherencia, por conocimiento y por galones: la catalana Pilar Eyre. La escritora vuelve a desenmascarar al emérito y lo deja con las vergüenzas al aire, como había hecho unas horas antes a raíz del anuncio de su presencia, de la mano de la infanta Cristina, en el ingreso en la Academia Francesa de Mario Vargas Llosa. El Borbón vuelve a volar y a pasearse por Europa, un ejercicio bastante exhibicionista, la tónica habitual de su conducta. Eyre, siempre elegante, no lo dejó escapar. Y ahora, con el movimiento de evasión, repite y con más motivos.

A Juan Carlos todo le importa un rábano: la sentencia brutal de la cronista catalana
Eyre da en la diana. Que Juan Carlos no tribute en España es la maniobra necesaria para "recuperar lo que es suyo y aflorar lo que tiene escondido". Una fortuna que, según estimaciones, llega a 2.000 millones de euros. Pero los tiene a buen recaudo, claro, por eso va pidiendo dinerito a los amigos, le hacen donaciones, etcétera. Ahora, con todo el campo libre, no hay quien lo pare para quitarle el polvo a la famosa máquina de contar billetes y repasar que no le falta ni un euro. Pilar lo sentencia: "A JC todo ya le importa un pito y después de mí el diluvio". En un segundo tuit es todavía más desgarradora: el "pito" son Felipe, Letizia, Leonor y la Corona (Sofía ni cotiza). Lo único que le preocupa es procurar que a sus fieles no les falte nunca de nada: "Arregla el futuro de sus hijas y de los hijos de sus hijas... y su presente". Por si alguien se pierde: arreglar el futuro de Elena, Cristina, Froilán, Victoria Federica y los hijos de Iñaki Urdangarin, Juan, Pablo, Miguel e Irene. Su tropa.
Ahora ya puede recuperar lo que es suyo y aflorar lo que tiene escondido. Me da la impresión de que a JC todo ya le importa un pito y después de mí el diluvio. pic.twitter.com/nxVMqRUzqg
— Pilar Eyre (@pilareyre) January 27, 2023
Felipe, Leonor, la institución, le importan un pito. Arregla el futuro de sus hijas y de los hijos de sus hijas… y su presente. https://t.co/ihUNxOwtC2
— Pilar Eyre (@pilareyre) January 27, 2023


Juan Carlos, un Houdini de primera.