Juan Carlos I ha empezado una guerra con Felipe VI. El emérito se ha distanciado totalmente de su hijo y ya le importa poco ayudar a la corona y a su reinado. El exmonarca está harto de vivir en el exilio a miles de kilómetros de su familia y amigos. Se hace mayor y tiene mucho miedo a la soledad y a la muerte. Ha pedido en varias ocasiones a su hijo volver a España, sin éxito. Han pasado cinco años de ruegos y plegarías y de ver como dañan su imagen sin poder hacer nada, así que ha decidido tomarse la justicia por su mano sin necesidad de consultar a los reyes. Hace un par de meses demandó a Miguel Ángel Revilla por vulnerar su honor. Sabe que el político tiene un gran altavoz y de esta forma acabaría con todas las habladurías sobre él. Sin embargo, esta estrategia no le ha salido como esperaba porque el cántabro tiene muchos apoyos y ya nadie confía en el marido de la reina Sofía.

Juan Carlos y la Infanta Elena, foto de equipo
Juan Carlos y la Infanta Elena, foto de equipo

El emérito no consultó con Casa Real su decisión en ningún momento, Felipe VI no era conocedor de sus intenciones y éste es el motivo principal por el que padre e hijo se han distanciado y han dejado de hablarse. Lejos de quedarse en rencillas familiares, el marido de la reina Sofía ha dado un ultimátum a su hijo. O cede a sus pretensiones o va a hacer personalmente que la corona se hunda y pruebe él también su misma medicina, le quiere ver en el exilio con su mujer, a la que nunca ha querido, y sus dos hijas.

Juan Carlos I está dispuesto a acabar con el reinado de su hijo 

Ahora mismo Juan Carlos I tiene el control de la situación. Por ejemplo, es él quien paga a Iñaki Urdangarin altas cantidades de dinero para que mantenga la boca cerrada. Habría cobrado dos millones de euros en concepto de indemnización y 25.000 euros todos los meses hasta el fin de sus días. Unas transacciones que se realizan desde Suiza para evitar a la Hacienda Pública y que pagaría el emérito hasta su muerte, después continuaría la infanta Cristina. El pago es el motivo principal por el que el exjugador de balonmano no abre la boca y no cuenta que sucedió durante el proceso del caso Nóos porque acabaría con la corona.

Juan Carlos I ha ayudado mucho a su hijo de forma indirecta aunque estén a miles de kilómetros. Por ello ahora pide que él también le eche una mano y le quite todas las restricciones. Si no puede volver a vivir en Madrid quiere estar cerca de España para el día de su fallecimiento, no quiere que su cuerpo sea repatriado, cree que ya ha cumplido con sus errores. Ahora mismo está mirando varias casas en Portugal, así se ahorraría los largos desplazamientos de Abu Dabi a Galicia, ya no tiene edad de tanto.

Juan Carlos y Felipe
Juan Carlos y Felipe