Pasadas las vacaciones de Navidad (para quien las haya tenido) toca balance. Las más comentadas han sido las de Felipe y Letizia y las de Pedro Sánchez y Begoña Gómez. Tienen en común que han sido largas, pagadas con dinero público y exóticas. El matiz es que las del presidente han sido públicas y las de los reyes opacas. Y tienen un enemigo en común: Jaime Peñafiel. El cronista real escribe su columna en Reino de corazones donde señala con su dedo a los Borbones y su destino desconocido: "De las largas y polémicas vacaciones de Felipe, Letizia y las nenas (las más largas de todas las navidades, ya que han durado nada menos que... diecisiete días en uno destino desconocido) nadie pregunta". Incluso Peñafiel, más de derechas que Felipe, acusa a la prensa de cinismo por callar sobre los Reyes y sólo denunciar las vacaciones de los Sánchez, que han sido mucho más públicas y fotografiadas:

Sánchez mantiene el tipo y la forma en Moncloa pero de Felipe y Letizia nada se sabe y Peñafiel los zurra: "Es como si la Familia Real estuviera protegida por la cortesana bula del secreto de Estado, mientras leña a la familia presidencial que son plebeyos. Pues va a ser que no. (...) Han antepuesto el capricho de sus respectivas devociones familiares a sus altísimas obligaciones". Nadie de Casa Real ha estado a la toma de posesión de Bolsonaro en Brasil: "No ha estado nada bien y se os ha visto el plumero, por aquello de que el nuevo mandatario brasileño es más que de derechas.  Felipe sí fue a la investidura del Presidente de México, López Obrador, muy, muy de izquierdas".

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EFE

Bolsonaro hizo como Franco, Rolls Royce y caballos, pero Felipe se lo perdió, según Peñafiel porque no quiere parecer más de derechas de lo que ya es. Felipe y Letizia tomaron un avión Falcon el día 26 para volar a un destino lejano y que no conoceremos hasta que Villarejo quiera."Según ellos, se trata de un viaje privado, ignorando que la Familia Real no tiene vida privada. Sobre todo si estas vacaciones se realizan con dinero público (...) Hay prepotencia, arrogancia y falta de sensibilidad y sentido común de Felipe y familia, que creen estar por encima del resto de los ciudadanos que les pagamos". Peñafiel podemita.

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Concluye Peñafiel que ve al rey Felipe VI "ofuscado por su ego y arrogancia". Añádanlo a los calificativos de prepotente, arrogante y descerebrado y tendrán el cocktail que se ha bebido el rey de España con un parasol dentro de la copa en una tumbona 20 días de vacaciones pagadas por usted, lector.