A tan solo un año de haber heredado el trono, la noticia sacudió a la familia real británica y al mundo entero en 2024: Buckingham Palace anunció que Carlos III había sido diagnosticado con cáncer, durante un tratamiento para el agrandamiento de la próstata. Aunque los meses posteriores fueron de tensión y preocupación, el monarca logró sobreponerse a la enfermedad y, desde hace tiempo, cumple con sus funciones con normalidad, manteniendo una salud estable. Más allá de su recuperación, lo que ha llamado la atención en estos últimos días es la planificación de su despedida definitiva. Como en toda monarquía, los detalles del arreglo para el fallecimiento de un rey son meticulosos y, en el caso de Carlos III, algunos aspectos ya salieron a la luz, sorprendiendo a muchos.
Una de las novedades más impactantes es la posible presencia de invitados que, en otras circunstancias, habrían sido considerados poco probables: Harry, Meghan y los hijos de ambos, Archie y Lilibeth, podrían ser invitados a las honras fúnebres. La noticia resulta sorprendente, dado que la relación entre Harry y la familia real ha sido tensa desde que decidió renunciar a sus funciones oficiales y mudarse a Estados Unidos, iniciando una serie de acusaciones que aún permanecen en la memoria pública.
Este gesto del rey, si se confirma, reflejaría una voluntad de reconciliación y un deseo de cerrar heridas, mostrando que, incluso en momentos tan delicados, la familia real busca mantener ciertos lazos. La posibilidad de que los duques de Sussex participen en la ceremonia también denota un cambio en el protocolo, que tradicionalmente ha sido muy rígido, pero que ahora parece adaptarse a las circunstancias. Pero hay más.
Carlos III rompe con lo convencional en la organización de su funeral
Por otro lado, este acto solemne contempla detalles innovadores en la organización. Se decidió acortar los días de luto, de modo que la ceremonia se realizará entre 10 y 11 días tras el fallecimiento, permitiendo que el duelo se conserve en ese período y que la nación pueda despedir a su monarca con respeto y solemnidad. Además, en línea con la preocupación del esposo de Camilla Parker Bowles por el medioambiente, la ceremonia incluirá elementos ecológicos. Aunque este dato es ambiguo, podría tratarse de la elección de flores sostenibles hasta la utilización de materiales reciclados en la decoración. Lo cierto es que el ‘royal’ siempre ha tenido en mente la conservación del planeta.
Otra novedad será la forma en que se adaptará la ceremonia religiosa. Aunque seguirá siendo un acto de fe, se incorporarán aspectos que reflejan las creencias personales de Carlos, permitiendo que los asistentes comprendan mejor su visión del mundo. La idea es que la partida no solo sea un acto de luto, sino también una oportunidad para entender quién fue realmente el rey y qué defendió durante su vida. El mundo estará atento a cómo se desarrollan estos acontecimientos, que sin duda serán parte de un momento histórico y emotivo para millones de personas en todo el planeta. El deceso de Carlos III, por si fuera poco, será el inicio de una nueva etapa para el príncipe Guillermo y Kate Middleton. Así como para el príncipe George, que pasará a ser el nuevo heredero al trono.