La infanta Elena es la primera hija del matrimonio formado por Juan Carlos I y la reina Sofía. Una relación impostada. La emérita hizo todo lo posible por formar una familia y enamorar al hijo de Juan de Borbón, pero el exmonarca no pensaba igual. Él quería volver con Olghina de Robilant, pero como eso no era posible, continuó viéndose con otras mujeres, la mayor humillación a la madre de sus tres hijos. Probablemente si la infanta Elena hubiese sido un hombre, no hubiesen tenido más hijos. Juan Carlos no quería irse a la cama con la reina Sofía. Sin embargo, la madre de Victoria Federica y Froilán era demasiado corta para su padre como para cambiar la Constitución y que hubiese sido ahora mismo la reina de España.

La infanta Elena, de flamenca a la Feria de Abril GTRES
La infanta Elena, de flamenca a la Feria de Abril GTRES

Según algunas biografías de la infanta Elena, cuando era una niña necesitó varios profesores particulares porque no tenía el nivel suficiente, especialmente en asignaturas como matemáticas. Se le daban muy bien los idiomas, ya ha demostrado tener una gran fluidez con el inglés y el francés. Acudían a Zarzuela todos los días, de lunes a domingo, se le exigía más que al resto porque iba muy retrasada. También acudió al psicólogo con ocho años porque la separación de sus padres le afectó mucho. Ella había heredado también un carácter muy tradicional y religioso, como su madre.

Pero uno de los mayores problemas en su infancia fueron las compras compulsivas en la teletienda que acabaron volviéndose una enfermedad. Tuvo que ir a terapia, y a día de hoy continúa comprando cosas totalmente innecesarias por internet. Se le diagnosticó un trastorno llamado oniomanía, así se llama el síndrome de comprador compulsivo. Se clasifica como una conducta adictiva, ya que el placer de comprar se convierte en una necesidad, dando lugar a una dependencia psicológica. Por lo que no hay ninguna diferencia entre compra compulsiva y oniomanía, ambas dan nombre a esta adicción.

La infanta Elena se volvió adicta a comprar en la teletienda 

Puede presentar ansiedad por consumir, falta de autocontrol, irritabilidad y cambios de humor, sentimiento de culpabilidad o insomnio. Juan Carlos I y la reina Sofía descubrieron que se quedaba hasta altas horas de la madrugada viendo la teletienda. Compraba infinidad de artículos que acaban guardados en un trastero, como por ejemplo máquinas de ejercicio pasivo.

Cuando la descubrieron, ella continuó comprando, pero esos paquetes llegaban a casa de los hermanos Fuster, grandes amigos de la familia, especialmente de Felipe VI. “Año 1990, Palacio de la Zarzuela, nadie tiene la más mínima sospecha de lo que ocurrre cada noche. La adicción de doña Elena es... La teletienda. Elena repetía cada madrugada el mismo ritual, comprar casi todo lo que veía en la teletienda. Casi todo le gustaba, pero su debilidad eran los productos adelgazantes. Para evitar que su familia se enterara y la metieran en una clínica de desintoxicación se buscó unos cómplices: los hermanos Fuster (amigos de la familia). Ellos eran las personas que recogían la mercancía comprada por doña Elena”, añaden desde ‘Socialité’.

Infanta Elena
Infanta Elena