La infanta Elena se ha convertido en el mayor apoyo de Juan Carlos I en los últimos años. Felipe VI decidió alejarle de España porque se hartó de sus polémicas, estaban poniendo en el centro a la corona y no lo podía permitir. Fue una decisión muy dolorosa, pero le pidió que abandonase Zarzuela. Se exilió en los Emiratos Árabes, donde tiene grandes amigos, aunque después de cinco años está muy cansado y querría volver a España, o por lo menos a un país más cercano. Recientemente se le ha visto por Portugal y aseguran que podría estar buscando casa con la ayuda de su hija mayor.

Juan Carlos I se encuentra muy solo, sabe que es muy mayor y tiene miedo a la muerte. A sus 87 años ha hecho frente a serios problemas de movilidad. Hace algo más de una década que sufre artrosis, la misma que avanzada rápidamente y prácticamente su pierna izquierda se ha quedado inmóvil. Se ha operado de la cadera y las rodillas más de una decena de veces, sin mucho éxito, incluso se ha sometido a tratamientos de medicina regenerativa, pero tampoco han surtido efecto. Los médicos le han comunicado que probablemente se quedará en una silla de ruedas, su peor pesadilla.
Juan Carlos I padece demencia senil
El emérito se muestra como una persona muy fuerte, pero realmente es débil en algunas circunstancias. Los que le conocen bien saben que esta situación le aterra. A veces se encierra en casa y no quiere salir, llora desconsoladamente, no quiere que nadie le vea en sus peores momentos. Y no solo son sus problemas de movilidad, sino también una supuesta avanzada demencia senil fruto de su avanzada edad. Se le hicieron pruebas médicas para descartar cualquier tipo de enfermedad, como el Alzheimer, que padece Irene de Grecia.
La infanta Elena es quien más tiempo pasa con él. Siempre que su trabajo se lo permite, le visita en Abu Dabi, y cuando él viene a España, ella se desplaza sin dudarlo. Se ha convertido en su sombra y en su máxima apoyo. Es quien más está al corriente de las enfermedades de Juan Carlos I. Por este motivo, habla seriamente con Felipe VI y le exige que su padre vuelva a España o a un lugar más cercano. Sería una deshonra si finalmente el emérito falleciese a miles de kilómetros y su cuerpo es repatriado. Por muchas polémicas que haya tenido es su padre y no piensa dejarlo abandonado. Está muy preocupada por su estado de salud, ya que es muy preocupante, y avanza rápidamente.
