La infanta Elena siempre ha defendido a sus padres, pero en los últimos meses se ha vuelto inseparable de Juan Carlos I. Desde que vive en el exilio, que ayer mismo en su última entrevista se descubrió que fue una decisión exclusivamente suya, le ha visitado en más de 60 ocasiones, y le acompaña a todas las regatas en Sanxenxo. No quiere dejarle solo porque ya es muy mayor y le faltará en cualquier momento. El próximo mes de enero cumplirá 88 años y él mismo se ve mayor, cada vez con más problemas de salud.

Juan Carlos y Elena de regata
Juan Carlos y Elena de regata

Juan Carlos I padece artrosis severa. La enfermedad ha avanzado tanto que prácticamente ya no se puede ni mover. Su pierna izquierda está totalmente inmóvil. De nada han servido los tratamientos de medicina regenerativa con células madre y plaquetas en sangre a los que se ha sometido, ni tampoco las más de una decena de operaciones. Se ha operado de las rodillas y la cadera.

Juan Carlos I y la infanta Elena se alían contra Felipe VI 

El emérito ha concedido una entrevista recientemente con motivo de la publicación de sus memorias la próxima semana y muestra su dolor por vivir en el exilio completamente solo. Su deseo es volver a España y pasar tiempo con sus familiares y amigos. No quiere morir solo, es su mayor miedo. Se siente muy decepcionado con Felipe VI por su actitud.

"Para ayudar a mi hijo, busqué un lugar en el que los periodistas de mi país no pudieran venir a encontrarme fácilmente". Y añade: "¡La última vez que vino un periodista español, las autoridades locales lo metieron en la cárcel! Tuve que intervenir para sacarlo”, adelanta el emérito en su primera entrevista antes de la publicación de sus memorias. “Verse obligado al desarraigo y al aislamiento al final de la vida no es fácil", confiesa. "Estoy resignado, herido por una sensación de abandono". Y añade: "No puedo contener la emoción al pensar en ciertos miembros de mi familia para quienes ya no importo. Y sobre todo, en España, que tanto echo de menos. Hay días de desesperación, de vacío”.

La infanta Elena es consciente de todo ello por el que contacto que tienen ambos, y no ha dudado en enfrentarse por enésima vez a Felipe VI para hablar sobre el retorno de Juan Carlos I. El emérito llora todas las noches, tiene miedo a morir solo. No puede conciliar el sueño y vive constantemente una pesadilla que le persigue y le atormenta.

Juan Carlos y la infanta Elena
Juan Carlos y la infanta Elena