Juan Carlos I publicará en escasos días su libro de memorias escrito por la periodista Laurence Debray. Saldrá a la venta en Francia, pero las traducciones no tardarán en llegar. El emérito se ha cansado del trato de Felipe VI, con quien asegura que ya no mantiene la más mínima relación y está dispuesto a hablar alto y claro para que su figura no caiga en el olvido. Hay muchos jóvenes que ya no saben que antes del actual rey hubo otro, su padre.

En una reciente entrevista previa a esta publicación, Juan Carlos I adelanta algunos episodios de estas memorias donde quiere pedir perdón y reconciliarse con los españoles. Entre ellos deja claro que la relación con su hijo es inexistente y que fue él quien decidió marcharse a Abu Dabi para alejarse del foco mediático y hacerle un favor. En una entrevista en 'Le Figaro', el emérito dice que "para ayudar a mi hijo, busqué un lugar donde los periodistas de mi país no pudieran encontrarme fácilmente". Se queja amargamente don Juan Carlos de que la relación está completamente rota, "encerrada en el silencio de la incomprensión y el dolor". "Mi hijo me dio la espalda por deber… Entiendo que, como rey, debe mantener una postura pública firme, pero sufrí (…) por su insensibilidad", señala el emérito en sus memorias. También habla de la falta de sintonía con Letizia. La culpa de la ruptura total de su familia.
Se ha sentido decepcionado. "Para ayudar a mi hijo, busqué un lugar en el que los periodistas de mi país no pudieran venir a encontrarme fácilmente". Y añade: "¡La última vez que vino un periodista español, las autoridades locales lo metieron en la cárcel! Tuve que intervenir para sacarlo”, adelanta el emérito en su primera entrevista antes de la publicación de sus memorias. “Verse obligado al desarraigo y al aislamiento al final de la vida no es fácil", confiesa. "Estoy resignado, herido por una sensación de abandono". Y añade: "No puedo contener la emoción al pensar en ciertos miembros de mi familia para quienes ya no importo. Y sobre todo, en España, que tanto echo de menos. Hay días de desesperación, de vacío”.
Juan Carlos I está dispuesto a acabar con Letizia
Aunque Casa Real ha intentado paralizar la publicación de estas memorias, Letizia, su gran enemiga, sale muy salpicada. De hecho, en el capítulo ocho le dedica unas palabras y destapa algunos episodios que él mismo tuvo que ocultar para que la imagen de la futura reina no saliese perjudicada ni se enterase Felipe VI de su comportamiento imprudente.
Ya lo adelantó el periodista Joaquín Abad en una biografía no autorizada sobre la monarca, Letizia condujo ebria por la A6. Una imprudencia que podría haber puesto en riesgo a la vida de otras personas, no solo la suya. Fue una temeridad. Los escoltas hicieron todo lo posible para evitar un accidente y que no la reconociesen.
Resulta que la información fue corroborada por un madrileño que estaba conduciendo en esos momentos y se encontró con un Mercedes maniobrando de manera incorrecta en la vía. “Al tratar de adelantarlo le impidió el paso otro vehículo con antenas, era un coche escolta. Ese y otro vehículo oficial impedían que al adelantar al Mercedes hubiera un accidente. El individuo, cansado de ver al Mercedes haciendo eses, acabó adelantándolo. Al pasar junto al vehículo descubrió que era conducido por Letizia”, se lee en la biografía.
