Los movimientos de Iñaki Urdangarin en los últimos meses han generado inquietud. Está intentando relanzar su vida pública y profesional. Ha iniciado contactos con empresarios. Ha viajado a países como Catar y Suiza para explorar nuevas oportunidades. También ha puesto en marcha una empresa de coaching. Y está escribiendo un libro de autoayuda basado en sus vivencias en la cárcel.
Pero sus intenciones no están claras. Y eso preocupa en la Casa Real. Felipe VI quiere evitar un nuevo foco de escándalo. Sabe que cualquier negocio poco transparente, cualquier paso mal calculado, puede salpicar de nuevo a la institución.
Felipe VI pide ayuda a la infanta Cristina
No solo eso. También le ha llegado a Felipe que Juan Carlos podría estar usando a Iñaki como medida de presión para volver a España definitivamente. El emérito financia el acuerdo económico al que llegó en el divorcio de la infanta Cristina para garantizar su silencio. Y habría amenazando con cortarle el flujo de dinero si no le dejan regresar a corto-medio plazo.
En este escenario, Felipe ha pedido a su hermana que actúe como puente y contención. Cristina, pese a todo lo vivido, sigue teniendo cierta ascendencia sobre Iñaki. La relación es distante, pero funcional. Se comunican y se entienden. Por los hijos y por el pasado. Y esa conexión es, ahora, la que el rey necesita para evitar más problemas.
Obligada a actuar para proteger a sus hijos
Pero la situación es delicada. Existe alta tensión entre Felipe y Cristina. La infanta se ha posicionado a favor del regreso de Juan Carlos. Incluso habría confabulado con Elena en las acciones que está realizando el emérito para presionar a Felipe, como la denuncia a Miguel Ángel Revilla o la publicación de sus memorias. Sin embargo, la infanta ve en este gesto de su hermano una forma de recuperar su lugar. Ha vivido años de ostracismo institucional. Pero ahora vuelve a ser útil. Su figura, hasta ahora relegada, vuelve a contar.
Además, la infanta tiene sus propios motivos para actuar. Ente otros, marcar territorio frente a Letizia. Y también proteger a sus hijos, y a ella misma. Cualquier escándalo relacionado con su ex marido podría salpicar al resto de la familia y desenterrar fantasmas del pasado.