Juan Carlos I se encuentra en Sanxenxo. Llegó hace unas semanas. Esta vez no ha regresado a Abu Dabi. El motivo: la inestabilidad internacional en Oriente Medio. Le han recomendado quedarse en Galicia, donde está seguro. Este fin de semana hay regata y, como es habitual, pensaba acudir.

Sin embargo, desde Casa Real se ha tomado una decisión clara: el emérito debe mantener un perfil bajo. No puede moverse libremente por la zona. El motivo de esta restricción es Leonor.

La princesa de Asturias finaliza estos días su segunda y última travesía a bordo del Juan Sebastián Elcano. Desembarcará en Marín el domingo 13 de julio. Con ese acto pondrá fin a su paso por la Escuela Naval Militar, cerrando su etapa en el ejército del mar.

Elionor a Valparaíso
Leonor en el Elcano

Piden discreción total al rey emérito Juan Carlos I

Ese día es clave. Y en Zarzuela quieren que toda la atención esté puesta en ella. No quieren ningún tipo de interferencia. Por eso, han decidido que Juan Carlos no debe abandonar Sanxenxo entre el 10 y el 13 de julio. Ni dejarse ver, ni mucho menos aparecer en Marín.

El año pasado, en septiembre, el emérito ya fue. Se encontró con Leonor en la escuela Naval. También estaban los Reyes, Felipe y Letizia. Fue él mismo quien pidió el encuentro, después de saber que su hijo y su nuera acudirían allí para celebrar el 40º  aniversario de la jura de bandera de la promoción de la Armada del Rey. Ahora, esa posibilidad queda completamente descartada.

Desde Zarzuela se insiste en que Leonor debe consolidar su imagen pública sin distracciones. Es la heredera al trono, y cada paso que da en su formación militar está cuidadosamente planificado. Cualquier aparición de su abuelo podría cambiar el foco. Y eso es justo lo que Felipe VI y Letizia quieren evitar.

Joan Carles a Sanxenxo / Europa Press
Juan Carlos en Sanxenxo / Europa Press

Juan Carlos I quería ir a Marín

Por eso, el mensaje a Juan Carlos ha sido directo. Debe permanecer en segundo plano. Puede asistir a las regatas, pero sin hacer declaraciones. Sin mostrarse ante los medios. Y bajo ninguna circunstancia puede acercarse a Marín durante los actos oficiales de su nieta.

En la zona, su presencia sigue siendo habitual. En Sanxenxo tiene apoyo. Pero eso no significa que tenga libertad para participar en eventos institucionales. No ahora, cuando la prioridad absoluta es la imagen de Leonor. Por todo ello, se ha optado por la discreción total. El emérito no aparecerá en las fotos. Tampoco habrá encuentros privados con su nieta. Y mucho menos, gestos públicos.

Además, el contexto es delicado. La relación entre el rey y su padre sigue siendo frágil. Hay muchos temas aún sin resolver, como su posible regreso definitivo a España. Juan Carlos sabe que lo tiene muy cerca. Tensar la cuerda solo iría en su contra.