A seis meses del ascenso al trono del rey Carlos III del Reino Unido, el nuevo monarca ha comenzado a mover las fichas del patrimonio de la Corona, desterrando de los terrenos reales a 3 ‘holgazanes’ que vivían de la reina Isabel II, sorprendiendo a todos los integrantes de la Familia Real británica con una serie de reducciones de subvenciones, desalojos forzados y mudanzas.

Los primeros ‘afectados’ por esta serie de cambios han sido los duques de Sussex, el príncipe Harry y Meghan Markle, y el príncipe Andrés, duque de York. Según ha trascendido, el hijo menor de Lady Di y su esposa Meghan han recibido una orden de desalojo de Frogmore Cottage, la residencia oficial que Isabel II les cedió antes del nacimiento de su primer hijo, el príncipe Archie (3 años). En ese momento, los duques de Sussex invirtieron 2,7 millones de euros en las reformas del interior de la casa, creando un hogar de siete habitaciones totalmente protegido por la Scotland Yard, por lo que su seguridad no era ningún problema.

Sin embargo, a tres años de haber renunciado a sus responsabilidades con la Corona y haberse mudado a California, Estados Unidos, Carlos III ha decidido que es hora de que entreguen la propiedad, dándole un par de meses para que retiren todas sus pertenencias de la casa. De hecho, algunas fuentes cercanas a la pareja han indicado que, en el caso de que asistan a la coronación de Carlos III, la pareja podrá quedarse en la residencia hasta que regresen a Estados Unidos, pero después de eso el desalojo será de carácter inmediato y deberá hacerse efectivo antes del verano.

El príncipe Andrés, desalojado de la casa en la que ha vivido en los últimos 20 años

Por otra parte, una fuente cercana al duque de York, aseguró que él también está entre los afectados por la reforma monárquica que ha emprendido recientemente el jefe de Estado británico. De esta manera, Carlos III le habría ofrecido Frogmore Cottage a su desprestigiado hermano, desalojándolo de su palacio de treinta habitaciones, Royal Lodge. Y aunque ambas propiedades se encuentran en terrenos de los Windsor, lo cierto es que existe una gran diferencia entre ellas, por lo que el príncipe Andrés estaría realmente molesto por esta decisión, pero no puede hacer absolutamente nada para evitarlo, ya que Carlos III es el propietario nominal de todas las propiedades que pertenecen al Crown Estate (patrimonio de la Corona), cuyos activos están valorados en unos 15.600 millones de euros.

Además, con ese desahucio del príncipe Andrés, el Palacio de Buckingham podría justificar el recorte de la subvención que recibía de la reina Isabel II, la cual rondaba las 249.000 libras, unos 281.000 euros al cambio. De este modo, Carlos III le estaría asignando una subvención mucho más pequeña a su hermano, dado que Frogmore Cottage es una propiedad mucho más pequeña que no requiere de tanto mantenimiento. Asimismo, deberá compartir esta pequeña casa con su ex mujer, Sarah Ferguson, con quien compartía la mansión de Royal Lodge pese a estar divorciados.