La vida de Froilán, nieto del emérito Juan Carlos, cambió de la noche a la mañana. Después de haber estado envuelto en numerosas polémicas, desde la Zarzuela  se aconsejó a la infanta Elena que tomara medidas para corregir la conducta de su hijo. La instigadora de ello fue la reina Letizia, que durante años ha trabajado en mejorar la imagen de la monarquía y preservar el reinado de la princesa Leonor. Froilán le sobraba. Y tras la última controversia que involucró a Froilán en una pelea con arma blanca a las puertas de una discoteca y su participación en una fiesta ilegal con sustancias estupefacientes, la hermana del rey y madre de Froilán, la infanta Elena, aceptó y adoptó una medida drástica: alejarlo de Madrid.

Froilán, en consecuencia, siguió los pasos de su abuelo y fue "exiliado" a Abu Dabi. Allí Juan Carlos lo vinculó a una empresa petrolera, indicando que recibía un salario cercano a los 7.000 euros al mes (aproximadamente 84.000 euros al año). La familia de Froilán, especialmente la infanta Elena, destacó los éxitos de su hijo para contrarrestar las críticas en España y enviar un mensaje a la reina Letizia de que el joven no dependía de la influencia real para triunfar.

Froilán y Juan Carlos I
Froilán y Juan Carlos I

Fracaso de Froilán en Abu Dabi

Froilán entró a trabajar en el departamento de relaciones públicas de la petrolera y en la organización de la Cumbre del Clima de Naciones Unidas de 2023 (COP28) en Dubái. Este evento internacional busca abordar el cambio climático. Sin embargo, la realidad es diferente: Froilán carecía de estudios y experiencia profesional, este era su primer empleo, y su posición era la de becario, lejos de los altos cargos que se le atribuyeron. Sus contribuciones a la cumbre se limitaron a tareas como hacer fotocopias y llevar cafés. A pesar de vivir cómodamente, su situación dista de tener un sueldo anual de cinco cifras, como se afirmaba.

Y lo peor de todo. Esta cumbre en la que ha participado, hasta última hora, estaba siendo un fracaso absoluto. Se esperaban propuestas contundentes para combatir el calentamiento global, pero los 190 países que han asistido se han encontrado con una simple propuesta voluntaria. Tanto es así que 80 de los estados participantes han reclamado más ambición y han trabajado en mejorar el texto propuesto por los Emiratos Árabes. En otras palabras, el trabajo en el que ha colaborado Froilán no ha servido de nada.

Este miércoles, a última hora, hemos sabido que se ha presentado un nuevo texto que gustase a todo el mundo y que la cuymbre no quedara sin acuerdo, después  de horas de reunión que han terminado de madrugada. Pero ha sido sobre la bocina y echando por tierra todo el trabajo hecho hasta ahora.