Ninguna fotografía de los abuelos Borbón puede eclipsar la que preside esta información: Leonor guapísima en el exterior del Congreso girando la cabeza y dejando volar su larga melena recogida en una cola. Era un look excesivamente informal para el gran momento de la Corona, la mayoría de edad de la princesa, cuando ya puede ser reina. El color oscuro que vistió Felipe para sus 18 años era mucho más adecuado, y el peinado de la princesa impedía que le colgaran del cuello todas las condecoraciones del día, aparte del Toisón de Oro: el collar de Carlos III, la medalla del Congreso y la medalla del Senado. Iba con más peso al cuello que su abuela Sofía que para la fiesta privada de la noche no quiso disimular lo que es, una multimillonaria, con un collar de perlas que vale una fortuna.
Tanto Felipe como Letizia se pasaron la jornada tocando la cola de la heredera. Una mala elección para el día que le cuelgan más cosas de la garganta. De la fiesta familiar de la noche no han mostrado ninguna fotografía de la princesa y nadie sabe si se engalanó o siguió de blanco inmaculado. Radiante a pesar de la presencia tóxica de su abuelo paterno. Juan Carlos hizo una estancia relámpago en El Pardo para saludar a la nieta a quien hace unos 4 años que no veía en persona. Son dos desconocidos. Por eso la cara del emérito al salir era de contrariedad, pena, y drama. Puede haber sido la última vez de su vida que vea a Leonor en persona. Normal que pusiera tan mala cara:
En cambio su mujer, legalmente lo es, la reina Sofía, quiso lucir las mejores galas. Es sabido que la emérita es la única que todavía cree en su familia como concepto social y pasó por el peluquero para hacerse un peinado nuevo, con el pelo más corto para destacar todavía más el increíble collar de perlas. Sofía hará 85 años mañana 2 de noviembre y ya no está para disimulos órganos: saca las joyas caras. A su derecha se sentaba la inseparable Irene de Grecia, tía Pecu por peculiar. Ahora no es que sea excéntrica. Es que tiene Alzheimer. Esta también será de las últimas, sino la última, foto que veremos de la hermana pequeña de Sofía:
Contra lo que anunciaron algunas informaciones, Juan Carlos y Sofía no compartieron coche en ningún momento, ni a la entrada ni a la salida de El Pardo. Los abuelos paternos de la princesa están en la práctica tan divorciados y mal avenidos como los abuelos maternos. Paloma Rocasolano y Jesús Ortiz, padres de Letizia, no fueron fotografiados por una decisión clasista de Zarzuela. O los hicieron pasar por otra puerta o ya estaban dentro hacía horas o fueron con furgonetas de Zarzuela con los cristales tintados. Ni uno de los centenares de fotógrafos profesionales o amateurs los pudo retratar. Ni tampoco a las tres primas de Leonor que son igual de primas que los Borbones: Carla, Amanda y Erin, hijas de Erika y Telma Ortiz, que tampoco fue fotografiada pero estaba en la fiesta. Un último gesto clasista de Casa Real. Por el acceso principal pasaron todos los royals: los Borbones, los Grecia, los Zurita, los Gómez Acebo... pero los Ortiz por la puerta de servicio. Habrá que confiar en que si algún día reina Leonor se acabe con esta distinción miserable.