Felipe VI siempre sintió un gran dolor a la hora de separarse públicamente de su familia. En 2014, cuando se proclamó rey de España, se vio en la obligación, también presionado por Letizia, de retirar las funciones institucionales a las infantas y el sueldo que percibían de los presupuestos generales del Estado. También a Juan Carlos I. Pero para este último el castigo aún fue mayor, ya que en 2020 se le exilió a los Emiratos Árabes por sus constantes polémicas que ponían en el foco a la corona. Una gran humillación para un rey. Acabó su reinado por la puerta de atrás. Desde entonces no han cesado informaciones que han perjudicado su imagen y parece que el emérito se ha cansado de todo y de todos. Ha decidido tomarse la justicia por la mano y demostrar que su figura ha sido muy importante para la transición, quiere dejar constancia, pero lo más importante es que le gustaría que se dejase de hacer daño a su imagen.
Por este motivo ha tomado la determinación sin consultar con nadie, ni tan siquiera con su hijo, que no era conocedor de su último movimiento, de demandar a Miguel Ángel Revilla por vulnerar su honor en su último libro y en sus intervenciones televisivas, pero el político no se ha limitado a nada más que recalcar todo lo que se ha ido diciendo en los medios de comunicación, especialmente en los informativos. Utilizó al político como altavoz para amedrentar al resto de personas que hablaban mal de él, ya que sabe que el cántabro tiene un gran altavoz; sin embargo, la estrategia le salió al revés porque Miguel Ángel cuenta con un gran apoyo entre la ciudadanía y muchos rostros famosos. Juan Carlos ha comprobado la realidad, se ha quedado completamente solo por sus fechorías.
Felipe VI rompe su relación con Juan Carlos I
Incluso Felipe VI le ha dado la espalda, y en esta ocasión no guiado por Letizia. El monarca está muy enfadado con su padre por no consultarle su última acción ni tan siquiera cumplir con su recomendación de retirar la demanda. Esto le va a costar muy caro porque poniéndose en el foco mediático no va a conseguir volver a España nunca más. Ni tan siquiera marcharse de Abu Dabi por muchas mansiones que visite en Portugal.
Felipe VI está tan cansado y enfadado que ni tan siquiera quiere que Leonor vea a su abuelo. A los reyes les ha costado mucho separarse de la imagen del Borbón y la princesa tiene una gran aceptación por el público. Le ha pedido a su padre que se aleje de sus dos hijas, como si no fuese su abuelo, unas palabras que le han sentado como un jarro de agua fría. El rey no quiere problemas, ni tampoco perjudicar a su reinado, sabe perfectamente que para que haya paz en la familia, lo importante es alejarse del marido de la reina Sofía.