Felipe VI y Letizia recibieron hace días a los diputados y diputadas del Parlament Balear en el Palau de l'Almudaina de Palma. Una recepción que todavía colea, especialmente en redes. Allí tenemos a un buen número de monárquicos encendidos y airados contra Gloria Santiago, vicepresidenta de la institución y miembra de Podem. Gloria, convencida republicana, respondió vía Twitter a la invitación de Casa Real con un "prefiero decidir yo misma si me pongo vestido o qué me pongo", rechazando la indicación de vestuario para el acontecimiento: "Hombres, traje oscuro; Mujeres, vestido corto". Y sí, ella decidió el look que llevaría al besamanos, un conjunto con pantalón de color verde.

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La rebeldía de Santiago, como decíamos, no ha caído nada bien entre la afición Borbónica. Una afición que se divide entre el sector que la insulta como "cateta, es el protocolo", "imbécil", "cenutria"o "mamarracha", los que no pueden contener su machismo "vete en bikini", "ponte una diadema con una po..." o aquellos que consideran que sólo reclama atención. Vaya, que ha abierto unos cuantos frentes.

A pesar de la lluvia de improperios, la diputada no se ha escondido. De hecho ha redoblado la apuesta, colgando un vídeo nada más volver del acontecimiento: "Vengo de estar con Felipe. Ya me he quitado el disfraz de súbdita. Ah no, que no puedo". Santiago decía estar de acuerdo con la opinión del rey sobre la necesidad de formar gobierno y no ir a elecciones, y "después que las instituciones medievales le tiendan una mano a la democracia. Aquí caben todos, hasta los que se declaran franquistas". El nivel de cabreo de los Zarzuelibers, sideral.

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EFE

La monarquía y sus fans, siempre atentos a cualquier disidencia, a cualquier movimiento. También a su indumentaria. Viven más preocupados del qué dirán que de aportar alguna cosa positiva a la sociedad.