Máxima preocupación en Zarzuela por la situación de extrema gravedad de Juan Carlos I. Hace meses que se informa sobre un preocupante estado de salud del emérito. En las últimas apariciones ha intentado librarse de las cámaras sin mucha suerte para que no se hiciese ningún comentario sobre su estado físico. No solo se le ve el rostro más desmejorado sino que sus problemas de movilidad han aumentado drásticamente.

Juan Carlos I padece artrosis que ha inmovilizado prácticamente su pierna izquierda. Aunque está haciendo todo tipo de esfuerzos y se ha operado en más de una decena de ocasiones de la cadera y las rodillas, no ha tenido mucho éxito. Incluso se ha sometido a tratamientos de medicina regenerativa con células madre y ha visitado a los mejores médicos, pero hay algo que el dinero no puede comprar, y eso es la muerte, el mayor temor del emérito. Aunque tiene más miedo a marcharse solo y sin que nadie le recuerde, por ello ha querido tomarse la justicia con su mano al demandar a Miguel Ángel Revilla.
Sus últimas actuaciones se justifican con su estado de salud. Aunque Casa Real le haya desvinculado totalmente de la corona y de la familia, el emérito no está bien. Los médicos han comunicado a Felipe VI que lo mejor sería que volviese a Zarzuela o por lo menos a un lugar muy cercano a España, como Portugal, donde ya ha estado mirando algunas mansiones en la zona de Estoril y Cascais. Ahora mismo lo que más preocupa es que debe utilizar la silla de ruedas para todo y no quiere, es demasiado testarudo. Pero no es el único problema grave para tomar esta decisión.
Juan Carlos no solo padece problemas de movilidad, también demencia senil
Casa Real oculta el verdadero estado de salud de Juan Carlos I. A sus 87 años de edad empieza a presentar “demencia senil”, fruto de su avanzada edad. "Hablo de leve incapacidad cognitiva. En su edad, sufre lapsus de memoria, más mediata que inmediata, y tiene mala relación con la realidad. Le impide hacer autoevaluaciones de sus conductas. Juan Carlos no tiene la percepción que sus conductas, que llevan a su expatriación, eran inaceptables e inapropiadas, y ya se verá si con consecuencias penales. Él se victimiza y se sitúa en una burbuja. No acaba de entender qué le pasa”, avanzaba Zarzalejos hace unas semanas.
Juan Carlos I ha tenido algunos despistes serios y olvidos de los que Felipe VI, Elena y Cristina se han percatado y han querido ponerle remedio y someterle a algunos exámenes médicos, y más después de la enfermedad de Irene de Grecia.
