La sorpresiva decisión de Doria Ragland, madre de Meghan Markle, de abandonar la residencia de Montecito ha desatado un torrente de especulaciones sobre la estabilidad emocional de la pareja. Tras casi 18 meses conviviendo bajo el mismo techo, Doria optó por regresar a su hogar en Los Ángeles, argumentando haber cumplido un ciclo y deseando retomar su vida propia en solitario. Este movimiento, que algunos medios califican como una “fuga” de Montecito, expone tensiones que podrían afectar tanto a la duquesa de Sussex como a su marido.

Antecedentes de la convivencia en Montecito

En 2024, luego de que los duques de Sussex perdieran su acuerdo de 20 millones de dólares con Spotify y la cancelación de la serie animada Pearl en Netflix, Doria decidió mudarse temporalmente con la pareja para brindar apoyo emocional y ayudar con el cuidado de sus nietos, Archie y Lilibet. Como profesora de yoga y pilates, buscaba ofrecer un equilibrio tras la turbulencia mediática que envolvía a su hija y a su yerno.

Sin embargo, según fuentes cercanas citadas por Radar Online, Doria comenzó a sentirse “utilizada” como niñera a tiempo completo y saturada por los constantes reclamos de su hija. La misma fuente asegura que la madre de Meghan se hartó de lo que describió como “lamentos y dramas diarios” y decidió que era momento de regresar a su rutina en Los Ángeles, lejos de la presión que suponía vivir con una familia que enfrenta deudas contractuales y atención mediática intensa.

Reacción de Meghan y Harry

La marcha de Doria no habría sido pacífica. Los reportes indican que Meghan Markle, al verla con maletas en mano, suplicó “no te vayas” mientras la veía alejarse por la puerta, visiblemente devastada por la ausencia de su única madre como apoyo diario. Por su parte, Harry, quien siempre ha considerado a Doria como una figura maternal tras la muerte de Diana, también sintió el golpe emocional de perder a un pilar fundamental en su nueva vida construida fuera de la Corona británica.

Implicaciones para la relación y la familia Sussex

La constante presencia de Doria en Montecito ya había generado señales de fricción dentro de la pareja. Algunos analistas reales sugieren que su intervención en las dinámicas cotidianas erosionó la intimidad de los Sussex y se convirtió en un factor de tensión, al punto de que Harry llegó a sentir que no podía tomar decisiones sin la voz de su suegra de fondo. Este fenómeno incluso encendió rumores de un distanciamiento marital, describiéndola como la “suegra metiche” que, según ciertos medios, “invade” la vida privada de la pareja y se ha convertido en un actor clave en la crisis que enfrenta el matrimonio Sussex. En ese sentido, en un reciente video publicado por Laura Rodríguez en su canal de YouTube, se profundiza en la narrativa de esta “huida emocional” de Doria. La creadora de contenido afirma que la madre de Meghan no quiere cuidar a los niños a tiempo completo y que su partida habría dejado a la duquesa completamente devastada.