El príncipe heredero de Dinamarca, Christian, no ve el momento de que llegue el 28 de junio. Aquel día empezará la gran juerga de su vida, y que se podrá alargar durante semanas. Cerrará así definitivamente una etapa y dará el salto en el mundo adulto. El hijo de los polémicos reyes Federico X y Mary Donaldson tendrá barra libre, nunca mejor dicho, para desatar el desenfreno sin tener que esconderse. De hacer lo que le de la gana sin miedos ni temores a que los diarios de su país hablen de escándalo. Una bicoca, vaya.

El nieto de Margarita II pondrá fin a su etapa de bachiller en Ordrup, una institución donde llegó rebotado de otro instituto salpicado por casos de abusos sexuales, palizas y vejaciones. El alboroto del Herlufsholm Gymnasium, a 80 kilómetros de Copenhague, provocó la salida del miembro de la Familia Real de sus aulas, buscando un entorno menos problemático. Después de una entrada titubeante al nuevo centro, se ha acabado integrando sin problemas. Tampoco era de extrañar, la condición royal hace que te salgan colegas bajo las piedras. Todos ellos están dejando todo a punto para celebrar la graduación, una ceremonia muy tradicional, tanto como la fiesta posterior: Dinamarca temblará.

Después del acto solemne, al que asistirán los padres del royal, la gran pregunta es saber cómo acabará la gorra del príncipe al día siguiente de la gran juerga. Una de las costumbres es la de marcarla si has alcanzado grandes hitos, como "bajarte" una caja de cervezas o besarte con nuevas conquistas. Su padre fue un auténtico campeón en la materia: tanto es así que su gorra ha quedado expuesta en un museo. Un detalle bastante irónico, teniendo en cuenta que los excesos del monarca han convertido la corona danesa en una olla a presión. Durante la jornada, veremos al joven de 18 años a bordo de una furgoneta festiva con la música en todo trapo y tiradores de cerveza en abundancia, seguramente en un estado de euforia poco habitual en público. La resaca será guapa, guapa.

La cita a final de mes es la más simbólica, pero no será la única ocasión para verlo soltándose la melena. Es muy probable que Christian vuelva a asistir a un famoso festival de música, el Smukfest, que se celebra en la localidad de Skanderborg y que es considerado como "el festival más bonito de Dinamarca". Bonito, seguro que sí. Pero no light. Los diarios daneses, como el 'Se Og Hor', apuntan a una lluvia incesante de cerveza, vaciando pintas sin parar. Que lo disfrute, porque cuando acabe la fiesta habrá toque de corneta: ingresará en el ejército y, durante una temporadita, su vida será muy diferente. La farra será bestial.

Christian Dinamarca EFE
Christian de Dinamarca / EFE