Durante la ceremonia de coronación del rey Carlos III, los ojos del mundo se posaron sobre la princesa Charlene de Mónaco, pero no precisamente por sus acertados looks para este magno evento. La ex nadadora olímpica sorprendió a todos al aparecer en Londres con dos de los peores royal looks que hemos presenciado en mucho tiempo. Parece que su vida personal se encuentra en un nuevo caos, ha vuelto a recaer en su gran problema de depresión y su alicaída expresión facial lo confirma. ¡Sus señales no son nada alentadoras!

El nuevo look de Charlene que preocupa a todos

Además de su mirada triste y su poca expresividad, el primer detalle que llamó la atención fue su icónico pelo rubio platino, que ha sido reemplazado por un castaño sin gracia que no le favorece en absoluto. Así que, algunos medios han señalado que la esposa del príncipe Alberto parece haberse sumergido en una apariencia aburrida y desaliñada, sumando diez años y un mar de tristezas a su cara. Según los expertos en salud mental, un cambio tan radical de apariencia no debe tomarse como un simple acto de vanidad, sobre todo en el caso de aquellas personas cuya salud física y mental ya ha sido objeto de preocupación en el pasado, dado que podría tratarse de un grito de auxilio silencioso.

Recordemos el episodio protagonizado por Britney Spears en 2007, quien se rapó completamente la cabeza frente a las cámaras durante un episodio de ansiedad y desesperación, y los constantes cambios de look de Demi Lovato tras haber sobrevivido a una sobredosis de drogas y haber admitido públicamente que sufre de depresión y trastorno de bipolaridad. A pesar de que la situación de Charlene de Mónaco no llega a esos extremos, su decisión de cambiar drásticamente su apariencia no puede pasarse por alto.

Adicciones y dependencias en la vida de Charlene de Mónaco

De hecho, Charlène ha estado lidiando con problemas de salud desde hace casi dos años, pero fuentes cercanas al Palacio Grimaldi afirman que la verdadera causa de su larga ausencia en el Principado no fue una simple infección de oídos, nariz y garganta, sino su adicción a los somníferos. Según la revista 'Here', la sudafricana se ha vuelto dependiente de un cóctel de pastillas para conciliar el sueño, pero en dosis mucho más altas de lo recomendado por los médicos, por lo que estuvo ingresada en una clínica de rehabilitación. La mezcla de somníferos incluye "Stilnox, Imovane y derivados de Carfentanil", una combinación peligrosa y altamente adictiva que no ha pasado desapercibida en ‘La Roca’.

Si bien el Principado no se ha referido a los padecimientos de Charlene como ‘depresión’ o ‘ansiedad’, es evidente su tristeza y abatimiento, lo que ha planteado una serie de interrogantes sobre el sepulcral silencio de los Grimaldi ante el estado emocional de la princesa consorte de Mónaco. Y es que para nada es un secreto que aún existe un gran tabú en torno a las enfermedades mentales, especialmente cuando se trata de reinas y princesas que deben cumplir un rol representativo. Por ese motivo, Charlene se ha refugiado en el silencio, dejando que las escasas explicaciones ofrecidas por el príncipe Alberto se conviertan en la única fuente de información sobre su salud mental.