La reciente conmemoración del centenario del príncipe Rainiero ha reunido a la Familia Grimaldi en una serie de actos para honrar al anterior soberano monegasco. Sin embargo, hay un miembro en particular que ha llamado la atención: la princesa Charlene, esposa del príncipe Alberto. Aunque las relaciones entre Charlene y los demás miembros de la familia parecen relativamente cordiales, no se puede decir lo mismo de su vínculo con la princesa de Hannover, Carolina de Mónaco.

Durante estas últimas semanas de homenajes al príncipe Rainiero, Charlene ha estado más presente en eventos públicos. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, la ex atleta olímpica ha sido captada seria y cabizbaja, una actitud que ya es habitual en ella. Rara vez se la ha visto sonreír, a excepción de cuando está con sus hijos, los mellizos Jacques y Gabriella. Y aunque su sonrisa es escasa, Charlene de Mónaco se mantiene consciente de su posición y cumple meticulosamente con las expectativas y protocolos establecidos por el Principado.

El cambio de actitud de Charlene en Córcega

Sin embargo, lo sorprendente es que, mientras que en Mónaco solemos ver a Charlene tensa y hierática en compañía de su marido, el príncipe Alberto, cuando la esposa del soberano viajó sola a Córcega mostró una actitud completamente diferente. La Princesa asistió a la tercera edición de los "Water Safety Days" organizados por la Fundación Princesa Charlene de Mónaco en Calvi. Allí, 79 niños participaron en talleres de salvamento marítimo dirigidos por Pierre Frolla y Kevin Crovetto, embajadores de la Fundación.

Charlene, quien en el pasado fue una nadadora profesional, disfrutó enormemente de esta jornada y se la vio sonriente y muy feliz en todo momento. Esta imagen contrasta fuertemente con la tensión y rigidez que suele mostrar cuando está en el Principado en compañía de los Grimaldi. Debido a esto, se ha especulado que es posible que haber recordado su pasado como nadadora, profesión a la que tuvo que renunciar cuando se convirtió en la princesa consorte de Mónaco, haya despertado en ella una alegría que rara vez se ve en su rostro en el Principado.

La agenda de la familia Grimaldi sin la presencia de Charlene en Mónaco

Por otra parte, mientras Charlene se deleitaba en su visita a Córcega, el resto de los miembros de la Familia Grimaldi proseguían con entusiasmo los eventos en honor al príncipe Rainiero y otras actividades. El príncipe Alberto asistió a la ceremonia de apertura del Festival de TV de Mónaco, donde también se pudo ver a su hija Jazmin Grace y a varios de los hijos de Estefanía de Mónaco. Por su parte, las princesas Carolina y Estefanía acompañaron a Carlota Casiraghi en el cierre de la Semana de la Filosofía, donde la hija de Carolina de Mónaco pronunció un emotivo discurso en memoria de su abuelo.

El futuro de Charlene y su relación con la familia real de Mónaco sigue siendo motivo de especulación. Mientras tanto, los seguidores de la realeza continúan intrigados por la aparente felicidad de Charlene cuando está lejos del príncipe Alberto, acción que confirma la tensión existente entre ellos y que su matrimonio no es más que una fachada para mantener las apariencias.