Durante los últimos tiempos, la figura de Letizia Ortiz dentro de la Casa Real se ha visto cuestionada. Su presencia en los actos oficiales en solitario es mucho menor que antaño, así como sus apariciones en público con Felipe VI. Solo se dan cuando es imprescindible o cuando los rumores de crisis se acentúan. Además, cuando acompaña al rey, Letizia suele escaquearse, retirándose de forma discreta para pasar desapercibida. Una actitud que evidencia un distanciamiento profundo en la pareja.
Diversos especialistas y periodistas, como Pilar Eyre, Jaime Peñafiel y Laura Rodríguez, coinciden en señalar que el matrimonio comenzó a fracturarse hace ya casi una década, situando el punto de inflexión en torno a 2012. Desde entonces, los rumores de separación han sido constantes, y aunque en su momento se especuló con un posible divorcio, nunca llegó a formalizarse. Al parecer, habrían decidido seguir un modelo parecido al que adoptaron Juan Carlos I y Sofía, optando por una separación de hecho pero manteniendo las apariencias oficiales. El motivo de esta decisión respondería a las altas exigencias de la reina en esa posible separación.

El primo de Letizia reveló las cláusulas de los acuerdos prematrimoniales
Fue David Rocasolano, primo de Letizia y abogado, quien reveló que, en caso de ruptura, la entonces princesa recibiría una cuantiosa fortuna, incluyendo dos residencias, una para el verano y otra para el invierno, con personal a su disposición las 24 horas. Sin embargo, este acuerdo contenía condiciones muy estrictas: Letizia debería renunciar a la custodia de sus hijas, que permanecerían bajo la tutela de Felipe VI en el Palacio de Zarzuela, y también debería abandonar su título de reina.
Estas condiciones resultaron ser demasiado duras para Letizia. Ni quería renunciar a su título ni a sus hijas, llegando a renunciar la posibilidad del divorcio. Decidieron entonces mantener el matrimonio, pero hacer vidas por separado.

Letizia tensa la cuerda y Casa Real descarta el divorcio
En los últimos tiempos, la tensión entre ellos ha aumentado, lo que los llevó a recuperar la posibilidad del divorcio. Letizia, siendo Leonor y Sofía mayores de edad, no tendría que renunciar a sus hijas. Pero entonces la consorte elevó sus demandas, poniendo sobre la mesa condiciones mucho más exigentes, que incluían no solo mantener su título de reina en caso de separación, sino también un paquete económico y patrimonial mucho más amplio que el firmado al principio.
Estas peticiones, que la Casa Real consideró inaceptables, habrían llevado a Zarzuela a romper las negociaciones definitivamente. La institución no estaba dispuesta a ceder ante las nuevas exigencias. En estos momentos, la prioridad para ambos sigue siendo mantener la apariencia de unidad institucional y garantizar el bienestar y la estabilidad de la princesa Leonor.