El Teatro Campoamor de Oviedo volvió a ser escenario de una gala histórica. Los Premios Princesa de Asturias 2025 reunieron, un año más, a la familia real al completo. Felipe VI, Letizia, Leonor y Sofía ocuparon el centro del escenario, transmitiendo imagen de unidad y serenidad. Pero detrás de esa apariencia perfecta se escondía un clima de tensión y decisiones calculadas. Una de ellas, según confirman fuentes cercanas a Zarzuela, fue la orden expresa del rey de minimizar la presencia de Paloma Rocasolano, la madre de la reina Letizia.

No es la primera vez que Paloma Rocasolano queda relegada a un papel secundario. En tiempos de Juan Carlos I y la reina Sofía, su presencia era incómoda para la Casa Real. Consideraban que su origen modesto y sindicalista no encajaba con el protocolo monárquico. Por eso, durante los primeros años del matrimonio de Letizia con Felipe, se intentó mantener a Paloma lejos de los focos. No se la veía en los actos oficiales, y cuando asistía, lo hacía en segundo plano, sin apenas protagonismo ni fotografías junto a los reyes.

Letizia y Paloma Rocasolano
Letizia y Paloma Rocasolano

La reina Letizia reivindica la figura de su madre, Paloma Rocasolano

Pero todo cambió cuando Letizia se convirtió en reina. Con su fuerte carácter y su afán por marcar su propio estilo, decidió romper esa barrera social y protocolaria. Le dio a su madre la visibilidad que antes se le negaba. La invitaba a actos públicos, la situaba cerca del círculo real y permitía que posara junto a la familia en los eventos más importantes, como los Premios Princesa de Asturias o celebraciones familiares. Era su forma de reivindicar sus raíces, de recordar que venía “del pueblo” y de que su familia tenía tanto derecho a estar como cualquier otra.

Sin embargo, en los últimos años, la situación ha cambiado radicalmente. El matrimonio entre Felipe y Letizia atraviesa un periodo de frialdad y distancia, algo que se refleja también en las decisiones institucionales. El poder de Letizia dentro de la Casa Real ha disminuido. Ya no tiene la misma capacidad de influencia que antes, y eso se nota en cómo tratan a su entorno. Paloma Rocasolano ha vuelto a ser apartada, como en los tiempos de Juan Carlos y Sofía.

Paloma Rocasolano, la reina Sofía y Letizia
Paloma Rocasolano, la reina Sofía y Letizia

Paloma Rocasolano, relegada de nuevo a un segundo plano

En esta última edición de los premios, Paloma apenas se dejó ver. No ocupó lugares destacados ni apareció en las fotos oficiales. Su llegada al teatro fue discreta, casi oculta, y durante la ceremonia su nombre apenas se mencionó. Desde Casa Real se dio la instrucción de evitar su exposición mediática, reforzando el protagonismo del “núcleo duro” de la institución: Leonor, Sofía, Felipe y la reina emérita.

Según fuentes cercanas, esta medida no fue casual. Fue una decisión directa del rey. Felipe VI quiere proteger la imagen institucional de la monarquía y recuperar la tradición anterior: la de una reina Sofía visible y una Paloma Rocasolano invisible. Una manera de marcar distancias entre la sangre azul y la familia política.