La paciencia tiene un límite, y un miembro ilustre del clan Borbón está descubriendo el punto exacto donde todo cambia a peor. Hablamos, evidentemente, de Victoria Federica. O Victoria, como le gustaría que le llamaran a partir de ahora, huyendo de una marca quemada y caricaturesca gracias a su comportamiento insufrible, maleducado, victimista y absolutamente vacío. Piensa la criatura que cambiando de nombre su reputación se disparará como un cohete. Pobre ilusa. La cantidad de trabajo que tiene por delante es gigantesca, y de momento no percibimos ningún propósito de enmienda real. La entrevista, masaje, depilación láser y maquillaje de Vicky Martín Berrocal no suma en este sentido. De hecho, es lo contrario: lo hunde.

La hija de la infanta Elena, la de las vacaciones perpetuas, la juerga interminable y las alfombras rojas como hábitat natural, acaba de recibir una bofetada con los cinco dedos de la mano bien estirados. En 360 días, ni siquiera un año, ha pasado de estrella indiscutible a desaparecer de un sarao VIP en Madrid. Es el que se celebró hace unas horas en la Mo House, un espacio de una marca de gafas muy conocidas. Allí vimos a Laura Escanes con nuevo look, Juan Avellaneda, Sofía Mazagatos, Ágatha Ruiz de la Prada, Boris Izaguirre, Lola Lolita, 'El Cordobés', Colate, Eugenia Silva... en fin, un buen roster. La invitación de Vic se habrá traspapelado, porque se suponía que era embajadora de la marca en cuestión. Fue la protagonista de su campaña publicitaria de 2023, poca broma. Vete a saber si lo que hizo durante aquella fiesta de lanzamiento tiene algo que ver.

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Laura Escanes / GTRES

Aquel día se demostró que ficharla es una ruina, como está comprobando también Pablo Motos y Antena 3. Llegó dos horas tarde al photocall rodeada de guardaespaldas como si fuera Madonna, trató mal los fotógrafos y la prensa, y se marchó al cabo de 30 segundos tras hacer el indio con un cámara de la organización. Al resto, todos convocados por la empresa que paga la fiesta, ni agua. Ni el 'buenas tardes'. La imagen de la joven sería pésima, pero los de las gafas no salían bien parados. Pues bien, este año han evitado pasar vergüenza. ¿Cómo? Dejándola fuera. Están hartos. Que la aguante otro.

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Victoria Federica armando un escándalo en la fiesta de Mo de 2023 / GTRES

Los fanáticos de la Marichalar que frecuenten estas líneas, quizás por error o por afición oculta e ignota, que no sufran por ella, que siempre encuentra cobijo y entretenimiento. Incluso la excusa perfecta para justificar que no fuera a la cita con su antiguo empleador, uno de los pocos que ha tenido o que tendrá en el futuro. Vimos a Federica en una pop store de una firma de megalujo del conglomerado para el que trabaja el papi Jaime. Mucho más classy y elitista, más de su estilo. Menos canallita, eso sí: sin juerga loca, solo postureo de jet-set. Quizás cuando la conozcan un poco más también se olvidan de enviarle la invitación. Le está viendo las orejas al lobo. El ocaso social está mucho más cerca de lo que parece.

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Victoria Federica / Instagram