El príncipe Guillermo vuelve a estar en el ojo del huracán. Una filtración inesperada ha destapado un detalle que muchos consideraban imposible de imaginar: el nuevo hogar de los príncipes de Gales tendría un alquiler mensual que alcanzaría los 35.000 euros. La revelación no solo ha sacudido a Inglaterra, sino que ha abierto un debate que pone en jaque la imagen del heredero de la Corona británica. La noticia llega en un momento en el que la familia real británica intenta mostrar austeridad y cercanía, pero el coste de esta residencia de ensueño contradice esa narrativa. La pregunta que todos se hacen es clara: ¿de dónde sale el dinero para financiar semejante lujo y qué papel juegan los contribuyentes en esta operación?
Polémica por el costoso alquiler del príncipe Guillermo
Desde su boda en 2011, Guillermo y Kate Middleton han intentado vender la imagen de una familia moderna y sencilla, alejada de las grandes excentricidades que caracterizaron a sus predecesores reales. En 2022, su traslado a Adelaide Cottage —una discreta residencia de cuatro habitaciones en Windsor— fue interpretado como un guiño a esa normalidad tan deseada. Sin embargo, el último movimiento ha desmontado aquella narrativa de sobriedad.
La pareja se prepara para instalarse en Forest Lodge, una mansión georgiana valorada en 16 millones de libras, ubicada en el corazón de Windsor Great Park. El detalle que nadie esperaba era la cifra del alquiler: 35.000 euros al mes, una cifra que ha generado indignación en los sectores más críticos con la monarquía. La comparación con 2001, cuando la propiedad se alquilaba por 15.000 libras, demuestra un incremento vertiginoso que muchos consideran desproporcionado. Sin embargo, según reveló Russell Quirk a The Manchester Evening News, “basta con decir que lugares como Windsor se han vuelto cada vez más populares, especialmente entre los inquilinos extranjeros”.
¿Quién paga realmente la factura de Forest Lodge?
El dato económico ha sido suficiente para encender las alarmas. En un Reino Unido golpeado por la inflación y el encarecimiento de la vivienda, saber que el futuro rey podría destinar 35.000 euros mensuales a su residencia ha resultado un golpe bajo para gran parte de la población. Las críticas apuntan directamente a los fondos públicos y a la posibilidad de que el coste recaiga, de manera indirecta, en los ciudadanos.
No obstante, fuentes cercanas a Palacio han insistido en que el alquiler será cubierto por los propios príncipes, utilizando sus ingresos privados y la asignación que reciben de la herencia de Diana y de otras fuentes familiares. Esta aclaración, aunque calmó a algunos, no ha logrado apagar la polémica. Para los más escépticos, la transparencia sigue siendo insuficiente y la duda persiste: ¿hasta qué punto los británicos pagan el lujo de la familia real?
Más allá de los números, la elección de Forest Lodge responde a una estrategia personal del príncipe Guillermo. Según expertos en la realeza, el heredero busca un espacio que combine privacidad, seguridad y cercanía con la naturaleza para criar a sus hijos lejos del bullicio mediático. Esta mansión ofrece ocho habitaciones, amplios jardines y una ubicación estratégica que permite a los príncipes mantener su vida cerca de Windsor sin tener que regresar al Palacio de Buckingham. Para Guillermo, no se trata de ostentación, sino de construir un hogar donde sus hijos puedan crecer con cierta normalidad. No obstante, el precio de esta búsqueda de intimidad se ha convertido en un símbolo de división social.