Desde hace semanas, la salud del príncipe Alberto de Mónaco se ha convertido en el centro de especulación dentro y fuera del Principado. Las cámaras, que solían capturarlo sonriente y enérgico durante eventos oficiales, ahora apenas logran captar su presencia, y cuando lo hacen, el cambio es innegable: un evidente aumento de peso, rostro apagado y movimientos lentos. Según fuentes cercanas a su entorno, el príncipe estaría lidiando con problemas cardiovasculares y respiratorios crónicos, que lo habrían obligado a reducir drásticamente su agenda pública.

Pero lo verdaderamente impactante es que, según revelaciones que han comenzado a circular entre la alta sociedad europea, Alberto habría iniciado un tratamiento alternativo extremo para mejorar su salud: “lavados de sangre” a través de sueroterapia intravenosa. Se trataría de un protocolo que, lejos de ser una simple moda, está ganando fuerza entre los millonarios que desean "resetear" su organismo y prolongar su esperanza de vida con métodos nada convencionales.

Sueroterapia, la nueva arma antienvejecimiento de la élite monegasca

Este tratamiento, conocido como sueroterapia desintoxicante, consiste en la administración intravenosa de sueros ricos en vitaminas, minerales y medicamentos biorreguladores con el objetivo de limpiar profundamente el cuerpo, revitalizar los órganos y mejorar la función celular. En palabras de los especialistas en homotoxicología, se trata de una forma de expulsar toxinas acumuladas —muchas de ellas generadas por la propia actividad metabólica— que estarían desequilibrando el funcionamiento vital del organismo.

La terapia se realiza en ciclos de cinco sesiones, una por semana, y se adapta al perfil de cada paciente. Los beneficios prometidos por los expertos son de lo más tentadores: más energía, mejor digestión, sueño reparador, piel luminosa y una pérdida de peso progresiva. Para una figura como Alberto de Mónaco, que ha sido objeto constante de críticas por su aspecto físico, esta promesa de rejuvenecimiento no podría haber llegado en mejor momento.

Alarma en el palacio: los síntomas ocultos tras el "agotamiento" del príncipe

Aunque desde la Casa Grimaldi se insiste en que el príncipe solo sufre de episodios ocasionales de cansancio, la realidad parece mucho más compleja. Según testigos que han coincidido con él en actos cerrados, su semblante evidencia agotamiento crónico, y en más de una ocasión ha necesitado asistencia para caminar largas distancias. Esto habría motivado su acercamiento a clínicas suizas y alemanas especializadas en terapias celulares y tratamientos antienvejecimiento que incluyen desde sueros vitamínicos hasta técnicas de purificación sanguínea.

Fuentes médicas han explicado que este tipo de procedimientos no solo buscan reducir los niveles de toxinas, sino también optimizar el funcionamiento del hígado y los riñones, que son los principales filtros del cuerpo. De hecho, uno de los objetivos clave de la sueroterapia es estimular el sistema inmunológico, muy comprometido en personas con afecciones respiratorias persistentes.

Lejos de ser un capricho de celebridad, la sueroterapia se ha convertido en un símbolo silencioso del poder. Figuras del entretenimiento y la realeza europea ya habrían acudido a clínicas especializadas para recibir tratamientos similares. Y es que, a diferencia de las tradicionales limpiezas hepáticas o jugos detox, este método va directo al torrente sanguíneo, lo que lo hace más efectivo. Los médicos que lo practican aseguran que es especialmente beneficioso para personas con síntomas de envejecimiento prematuro, fatiga crónica, estrés elevado y deterioro celular. Un perfil que, tristemente, encaja cada vez más con la imagen actual del soberano monegasco.