Los Mossos d'Esquadra detuvieron el 4 de agosto en L'Hospitalet de Llobregat a un guineano de 33 años y vecino de Terrassa acusado de estafar a dos personas de Barcelona. El arrestado se anunciaba mediante papeles publicitarios en la calle y en los buzones de las casas, y aseguraba que podía cuidar el 'mal de ojo', la impotencia sexual y los problemas emocionales.

La investigación

La investigación se remonta a principios del 2016, cuando la policía recibió la denuncia de un vecino de Barcelona a quien un falso vidente había estafado unos 80.000 euros. La víctima, que se encontraba pasando una mala época en el ámbito personal, había contactado con el supuesto vidente. El denunciante concertó varias sesiones, cada semana o cada dos semanas durante un año, en un piso de L'Hospitalet de Llobregat, en las cuales le pedía entre 500 y 900 euros por cada sesión. Pasado un tiempo y una vez se ganó su confianza, el falso vidente lo convenció para que retirara del banco todos sus ahorros, unos 52.000 euros, los metiera en bolsas y le permitiera hacer un ritual para purificarlos. Una semana después, el hombre abrió las bolsas y se dio cuenta de que le había cambiado el dinero por papeles.

Los agentes iniciaron las gestiones de investigación con el fin de averiguar la identidad del falso vidente, que fueron de extrema complejidad, ya que este ocultó su rostro en todas las sesiones que concertó con la víctima. Los investigadores se centraron en el estudio de otras informaciones y material aportado por la víctima en relación con los rituales.

Posteriormente, durante el mes de abril del 2017, y mientras los agentes continuaban con las gestiones con el fin de aclarar los hechos, tuvieron conocimiento de una nueva estafa a una vecina de Barcelona, también por parte de un supuesto vidente, que presentaba muchas similitudes con el sospechoso del primer caso.

Cambio de identidad

En esta segunda denuncia, la víctima informó que el falso vidente le estafó 6.500 euros y que incluso intentó retenerlo después de concertar una sesión en L'Hospitalet de Llobregat, pero que este consiguió huir. Las gestiones de investigación del segundo caso permitieron en los agentes determinar que, aunque se anunciaba en los folletones de publicidad con nombres y datos diferentes, se trataba del mismo estafador.

Los agentes, después de examinar todos los indicios e informaciones recogidos, pudieron obtener la verdadera identidad del sospechoso, un ciudadano guineano con antecedentes policiales. El sospechoso, que utilizaba varias identidades para dificultar su identificación y localización, tenía en vigor una orden de búsqueda y detención de un juzgado de Barcelona por otros hechos delictivos.

A primeros del mes de agosto los investigadores localizaron al sospechoso en L'Hospitalet de Llobregat y aunque este intentó despistar a los agentes facilitando una identidad falsa, estos pudieron determinar que efectivamente se trataba de la persona investigada y procedieron a su detención. Una vez fue puesto a disposición judicial, el juez decretó su ingreso en la prisión provisional.

A estas alturas los agentes todavía siguen analizando nuevas informaciones y que hacen prever que el número de víctimas estafadas podría ser superior.