En medio de la aplicación del artículo 155 y a las puertas de la campaña para el 21-D, el traslado de los bienes de Sijena provocaba este lunes la contradicción en el seno del amalgama de partidos dirigida por Pablo Iglesias. La portavoz parlamentaria Irene Montero se mostraba a favor de que las obras fuesen devueltas, en paralelo a que el candidato de Catalunya en Comú Xavier Domènech denunciara que eso se producía por la intervención del autogobierno por parte de Mariano Rajoy. En medio, el líder de la formación morada en Aragón, Pablo Echenique, se mantenía equidistante y lamentaba que se usara el hecho para "confrontar territorios".

"Nosotros pensamos que estos bienes tendrían que estar donde tienen que estar. Creemos que son bienes que estaban en Aragón y que son propiedad, o tendrían que serlo, de Aragón, y pensamos que tendrían que estar ahí", explicaba la dirigente del partido morado. Las palabras llegaban después de los enfrentamientos que habían tenido lugar por la mañana ante el Museo de Lleida, donde los Mossos d'Esquadra habían cargado contra los protestantes congregados en la puerta. Sin embargo, Montero evitaba valorar las cargas policiales y se mantenía firme cuanto a la devolución de las 44 piezas artísticas.

Más ambigu se mostraba el secretario de Organización Pablo Echenique, quien denunciaba un uso partidista y encubierto de las obras. "Creo que hemos visto a los dos lados del Segre que quieren hacer de eso un conflicto político. Están enfrentando a pueblos hermanos como el aragonés y el catalán, que no sólo se respetan, sino que son socios comerciales" exponía. La crítica se dirigía tanto a Carles Puigdemont, por hablar "de humillación", como al ejecutivo aragonés, dirigido por el barón del PSOE Javier Lambán, de quien Echenique decía que se excitaba por "la imagen de la Guardia Civil entrando en un museo".

Las posiciones del partido en Madrid y Aragón chocaban así con los planes del candidato a las elecciones catalanas Xavier Domènech, quien usaba las obras de Sijena para golpear al PSC, como consecuencia del apoyo de los socialistas de Pedro Sánchez al 155. "Se quiere usar este contexto de anormalidad democrática para resolver temas" decía Domènech, quien consideraba que el caso necesitaban un recorrido en "el ámbito judicial". "La supuesta intervención quirúrgica del 155 se ha convertido en una intervención directa" zanjaba el político catalán, al margen de la línea de Podemos. La supuesta "intervención quirúrgica" del 155 se ha convertido en una intervención directa", decía.

El hecho es que la contraposición de opiniones en el seno de la amalgama Unidos Podemos llega después de que Pablo Iglesias presentara el recurso de inconstitucionalidad a la aplicación del 155. Precisamente, el apoyo a la causa catalana estaría restando intención de voto a Podemos en el conjunto del territorio español, en una de las más importantes crisis de Estado –como ha criticado parte de la prensa de Madrid. La caída presentaría indicios de intentarse corregir a través de la equidistancia de Iglesias con la acusación hace unos días al independentismo sobre contribuir a despertar el "fascismo" en España y Catalunya

Una dualidad que la diputada Carolina Bescansa ya advirtió cuándo le dijo a Iglesias que no solamente tenían que ofrecer proyecto al independentismo; también a España.