La presunta Operación Catalunya para desacreditar a políticos independentistas ha devuelto la política española a los años 80 de la guerra sucia del Estado, con el símil hecho por la senadora de ERC, Mirella Cortés, en la pregunta al presidente Mariano Rajoy, durante la sesión de control en el Senado. "Fabricar informes, comprar periodistas, invertir recursos de fondos reservados... ¿Es la Operación Catalunya un nuevo GAL sin violencia física"? pedía Cortés, entre gritos de la bancada del Partido Popular. ¿"Es usted el señor X de la Operación"?, remachaba sobre el hipotético cerebro de la trama.

Rajoy se ha plantado entonces, visiblemente molesto. "La felicito por el tono tan constructivo utilizado en esta cámara", ha dicho, exigiendo a los independentistas de ERC y PDeCAT que dejaran de inventar conspiraciones. "La última que hemos conocido es la Operación Zanahoria. Eso quiere decir que si yo quiero plantear alguna cosa al presidente de la Generalitat, ustedes no le darán apoyo porque no es lo que quieren. Eso sí es diálogo. Mire, le daré un consejo, aproveche su imaginación para otras cuestiones, porque se lo agradecerá el común de los mortales," ha sentenciado.

El tono se ha ido agravando conforme avanzaba la pregunta de ERC, pasando de la ironía a la dureza dialectal. A la demanda de Cortés sobre si Moncloa conocía la Operación Catalunya, el gallego se había vuelto con que la acción única que su gobierno habría conocido era la económica. "La operación para superar la mayor crisis económica en décadas. Las acciones de mi gobierno fueron muy positivas para Catalunya, que volvió al crecimiento y la recaudación" ha justificado. El jefe del Gobierno ha añadido las ayudas del FLA. "Aportamos 63000 millones de euros para el pago de proveedores, aquello sí que fue una gran operación porque se evitó la quiebra, y no cerraron empresas", decía.

La republicana se había indignado, porque "pedía nabos" y Rajoy "contestaba coles". Acto seguido, ha tratado de refrescar los acontecimientos conocidos por la prensa. Primero, ha reproducido fragmentos de las escuchas del exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, conspirando presuntamente al despacho del exjefe de Antifraude, Daniel De Alfonso. Segundo, ha leído mensajes del jefe de Gabinete de la presidencia, Jorge Moragas, a la exnovia de Jordi Pujol Jr. La risa que se le ha escapado a Cortés ha roto la solemnidad del momento, cuando ha leído "Besote", en el texto.

La senadora de ERC se ha repuesto y ha seguido con el tercer punto, dando un repaso por empresas de espionaje sonadas en la trama. Cuarto, ha recordado el blanqueo presunto de información de la UDEF con Eugenio Pino. Quinto, ha denunciado el uso presunto de fondos para pagar "información falsa" contra el exalcalde de Barcelona, Xavier Trias. Sexto, ha citado las revelaciones del comisario Villarejo: "Os joderemos por órdenes del ministro", enunciaba. "La lista es inacabable", decía Cortés.

La "radicalidad" de Santamaría

El senador del PDeCAT, Josep Lluis Cleries, ha tomado el relevo a Esquerra, cuando le ha tocado preguntar a la vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría, sobre qué criterio seguía Moncloa para escoger a los interlocutores en Catalunya. "¿Es un derecho fundamental, qué le preocupa? ¿Que dialoguemos, que no lo hagamos, o la exclusividad? Lo hacemos con el criterio de la pluralidad" ha dicho Santamaría sobre sus encuentros con ayuntamientos, las entidades económicas, o asociativas, "centenarias, que también son parte de su sociedad", afirmaba.

Cleries se ha vuelto con el argumento que el gobierno de Junts pel Sí era el legítimo, y que el PP solamente cuenta con una alcaldía, de las 948 que hay en el territorio catalán. "Está usted muy radical, señora Santamaría. No han ofrecido nada, pero no quieren ofrecer nada. Mucho postureo pero no fecha a la reunión con el president Carles Puigdemont. Mucho hablar de propuestas, pero ni fechas, ni propuestas. No tienen nada interesante para los siete millones de catalanes", ha expresado. También ha añadido que un 80% de sus ciudadanos pedían un referéndum, pero no eran escuchados.

El último reproche entre el representantes del PDeCAT y la número dos del Ejecutivo central ha venido por el sentido de la propiedad, cuanto a la representación de Catalunya. "Es más que la Generalitat, usted tiene una visión patrimonialista. Eso es como si yo digo que el gobierno del Estado es toda España", le ha increpado Santamaría. El sablazo ha venido más tarde, reprochando que se pactara con los 10 diputados de la CUP, "extremistas", en vez de los 11 de los populares. "Usted quiere una Catalunya súbdita, nosotros libre", ha sido el punto álgido del discurso de Cleries.