Pekín ha frenado de golpe el frenesí de compras por parte de los grupos chinos en el mundo, que han crecido un 56% en 2016, hasta superar los 150.000 millones de dólares. Las inversiones de más de 10.000 millones de dólares han sido prohibidas hasta septiembre de 2017. Esta medida forma parte del intento del Gobierno chino de frenar el descenso del yuan porque teme una huida de capitales.

La apreciación del dólar está produciendo una realineación en el mercado global de divisas, especialmente sensible tras la victoria electoral de Donald Trump. La previsible subida de los tipos de interés la semana que viene en EEUU añade presión sobre las cotizaciones.

Por esta razón, el Banco Central de China se muestra inquieto. Y hay movimientos. La Comisión Reguladora de Aseguradoras china investigará a las compañías Foresea Life y Evergrande Life ante la ola de adquisiciones protagonizada por firmas del sector. Estas compañías también están vinculadas a grandes negocios inmobiliarios que mueven fuertes inversiones y elevados montos de capital.

Los inversores están inquietos

"Los inversores buscan colocar su dinero en otra parte, porque están inquietos sobre el futuro de la economía china y se preparan para una devaluación", dice Zhu Ning, profesor de la universidad Tsinghua.

En el mercado, el dólar cotiza en torno a 6,88233 yuanes, cuando se esperaba que no superaría los 6,82 a final de año. Un nuevo mecanismo de tipo de cambio ha hecho la moneda china más flexible, pero también más sensible a las variaciones diarias. Para paliar la volatilidad, el Gobierno ha introducido un tipo medio del valor del yuan a partir de la cotización diaria calculada sobre la base de una cesta de monedas, y no sobre el dólar. Esto, que ya fue advertido por el FMI, ha provocado la suspicacia de los inversores e incluso "alentado la huida de capitales", según Yu Youding, antiguo miembro del Comité de Política Monetaria del banco central chino.

El temor para las autoridades de Pekín es que el dólar alcance el umbral psicológico de los 7 yuanes ya que podría provocar una repetición de las fuertes caídas acaecidas en agosto de 2015 y enero de 2016, cuando se temió sobre el futuro de la economía china. Por esta razón, el banco central ha decidido no comprar como es habitual reservas de oro por segunda vez en 2016. Estas compras están destinadas a lograr que el yuan sea una moneda de reserva mundial que compita con el dólar.

La compra-venta del AC Milan aplazada hasta mayo

El stop a las inversiones chinas en el extranjero se ha extendido incluso a las operaciones deportivas y al fútbol. La compra-venta pactada del AC Milan, que se debía realizar ahora, se ha aplazado hasta el 3 de mayo, lo que supondrá para el comprador pagar 100 millones de euros adicionales. La venta está negociándose entre Fininvest, socio mayoritario del club milanés y la firma Sino-Europe Sports. Una fuente cercana a la operación explicó que el comprador chino tiene problemas para sacar dinero del país ahora que el Gobierno chino ha endurecido la normativa para evitar una fuga de capitales ante la depreciación del yuan.

Paralelamente, el gobierno de Xi Jinping ha inyectado 49.500 millones de dólares en 24 entidades financieras a través de un préstamo a medio para amortiguar las dificultades de un sistema financiero sobrecargado por las elevadas deudas de las empresas públicas.

El contacto telefónico de Donald Trump con el Gobierno de Taiwán ha agregado nuevos puntos de tensión para las autoridades de Pekín. Sin embargo, el discurso amistoso de éste en Iowa tendiendo la mano a China indica que no hay una guerra de civilizaciones entre las dos potencias. Simplemente, una guerra de divisas.