El Ayuntamiento de Barcelona, liderado por la alcaldesa Ada Colau, ha impedido el referéndum organizado por la oposición venezolana en la capital catalana. El objetivo de los organizadores, agrupados en la Mesa Democrática, es parar los pies al presidente venezolano, Nicolás Maduro, en su intento de crear una nueva cámara ajena a la voluntad popular.
La consulta se ha trasladado a la calle, que ha sido cortada al tráfico por la Guàrdia Urbana, después de que el Ayuntamiento y en concreto la concejalía del distrito de les Corts haya negado la cesión del espacio del Centro Cívico Pere IV.
A primera hora de esta mañana un concejal barcelonés ha acudido al centro para comunicar a los organizadores que —según el Ayuntamiento— carecían de permisos para utilizar ese local municipal. Los organizadores, no obstante, aseguran que sí que tenían el permiso y que, de hecho, habían sufragado los costes del alquiler del espacio.
Hasta las 19:30h, habían votado 13.500 venezolanos, prácticamente la mitad de los censados en Catalunya. La participación está siendo más elevada que en las últimas elecciones presidenciales, en las que ganó la Mesa Democrática, el frente antichavista. El referéndum también tiene lugar en Tarragona, Lleida y Girona.
800 euros por el local
La organización había pagado 800 euros por el uso del centro cívico a una empresa concesionaria que gestiona este tipo de equipamientos. "No entendemos por qué lo han hecho. Están cerrando las puertas a un acto democrático", ha explicado una organizadora.
La organización ha mostrado el recibo del pago que hicieron para utilizar el recinto. Además, han destacado que el pago se hizo "puntualmente" y con "tiempo".
La plataforma organizadora tenía previsto montar en un centro cívico las urnas para participar en la votación que la oposición ha convocado con el respaldo de la Asamblea Nacional y al margen del gobierno venezolano en contra del proceso constituyente impulsado por Nicolás Maduro.
Un portavoz municipal ha explicado que el Ayuntamiento tuvo constancia ayer por la tarde de la intención de la plataforma opositora a Maduro de montar las urnas en el centro cívico.
Pese a impedirles la entrada al centro cívico, el portavoz municipal ha asegurado que se han cedido a los organizadores de la consulta sillas y mesas para montar las urnas en la calle, frente a las puertas del lugar.
En el cruce de Gran Via de Carles III y Travessera de Gràcia la cola para votar daba la vuelta
Largas colas
Al poco tiempo de que se haya comunicado que el referéndum se votaría en la calle, se han empezado a formar largas colas. Este mediodía, la cola para votar recorría en los dos sentidos el tramo Gran Via de Carles III, entre Travessera de les Corts y avenida de Madrid. Es decir, 700 metros de recorrido para poder votar.
Gritos de "Venezuela, libertad" en la Gran Via de Carles III
"La ley puede ser injusta"
Gerali Rodriguez, una de las organizadoras voluntarias del referéndum, ha reivindicado la votación para permitir acabar con el régimen de Maduro y "devolver la democracia al pueblo venezolano".
Esta joven voluntaria, periodista de profesión, ha asegurado que "la ley puede ser injusta pero la movilización es pacífica", algo que también ve si se si se hace referencia al referéndum catalán del 1 de octubre. Es una de las organizadoras de la votación de hoy, y considera que "las personas tienen que tener la oportunidad de votar porque es un acto democrático".
Además, Gerali está muy sorprendida por todos los problemas que han tenido que afrontar para votar hoy, ya que desde la organización han hecho "todos los pasos a la hora de alquilar el local".
"Colau tendría que estar con la libertad de expresión"
Rafael Romero tiene 64 años y ya hace 16 que vive en Catalunya. Este abogado, como muchos de los votantes pacientes, no entiende que el Ayuntamiento no haya cedido el espacio: "No entiendo que el Ayuntamiento haga esto, Colau tendría que dar apoyo a la libertad de expresión".
"Nosotros venimos aquí para que se nos respete y esta alcaldesa nos tendría que ayudar ya que nuestra protesta no es solo en Barcelona, es mundial", ha sentenciado Rafael indignado.
Maduro, una dictadura
Christian de Amorín es otro de los miles de venezolanos que han esperado pacientemente para poder votar en este referéndum. Según ha explicado a El Nacional, "lo que está pasando en mi país es una dictadura que si se quiere cambiar, se tiene que ejercer el voto".
Él hace dos años que vive en Catalunya pero gran parte de su familia aún está en Venezuela y asegura que "salir del país no es una opción para ellos". También se ha quejado de carencias en servicios básicos, que son ahora "un lujo", y del miedo que se ha creado alrededor de los trabajadores públicos para que no voten: "La gente tiene miedo de votar contra el gobierno para no perder su trabajo".
Esta movilización ciudadana por la democracia en Venezuela también se está celebrando en Lleida, Tarragona y Girona.