Tal día como hoy del año 1477, hace 540 años, se ponía la primera piedra de lo que sería el primer muelle del actual puerto de Barcelona. Hasta cerca del año 1000 el puerto de la ciudad aprovechaba una bahía natural que cubría buena parte del actual barrio del Raval. Las condiciones naturales hacían innecesaria la construcción de un muelle de protección. Pero la evolución constante de la línea de la costa, que pasaría de la actual calle del Hospital durante el siglo I, a desplazarse hasta el actual paseo de Colón durante el siglo XIV, obligaría a situar el puerto en el actual emplazamiento. Sería entonces que, para protegerlo de las corrientes marinas, se plantearía la construcción de un muelle.

El año de inicio de las obras, la línea de la costa estaba sobre el espacio que actualmente ocupan la Estación de Francia y el Parque Zoológico. El barrio comercial e industrial de la Ribera —brutalmente derribado por el primer Borbón hispánico en 1714— debía su nombre a su posición a pie de mar. Y los terrenos sobre los cuales, a finales de la centuria de 1700, se edificaría el barrio de la Barceloneta, estaban bajo el agua. El actual paseo de Colón se había convertido en el punto de estiba y de desestiba de todo el tráfico marítimo de Barcelona; y entre la playa y la muralla había surgido una línea de edificaciones relacionadas con la actividad marítima: almacenes, tiendas, hostales, tabernas y prostíbulos.

Empiezan las obras del primer muelle de Barcelona. Evolución de la línea de la costa. Fuente Wikipedia

Evolución de la línea de la costa

El año 1438 el Consell de Cent barcelonés obtuvo autorización del rey Alfonso el Magnánimo para construir un muelle que sería la prolongación de una barrera natural de tierra y de arena situada ante el actual Pla de Palau. La autorización contemplaba el derecho a explotación a través del cobro de fondeo a las naves que atracaran en el interior del puerto. La inestabilidad social y política causada por la guerra civil urbana de la Viga y la Busca retrasaría el inicio de las obras hasta 1477. A causa de los cálculos topográficos incorrectos, aquel primer muelle tendría una existencia efímera; pero sería el primer testimonio del proyecto de creación y expansión portuaria de Barcelona.