"Es clave abordar con pasión nuestra tarea diaria y poner en todo momento la máxima intensidad y los cinco sentidos en todo lo que desarrollamos", aseguraba Isidre Fainé en una entrevista a la revista Executive Excellence. Una declaración de intenciones y, sobre todo, una lección de vida que resume la mentalidad tan exigente como apasionada de un empresario que se ha hecho a sí mismo, un trabajador incombustible con gran espíritu de sacrificio. El método es siempre importante, la perseverancia aún más.

Back to the origins, Fainé "estudiaba por las noches en un instituto mientras trabajaba como electricista y enseñaba a sus padres a leer y a escribir". Así empezaba la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, su relato del primer encuentro que mantuvo con el banquero en el consistorio. Una premisa de autoexigencia y esfuerzo que escapa a cualquier jornada laboral. Fainé cursaba quinto de bachillerato y quería estudiar Física cuando entró a trabajar como administrativo en el Banco Atlántico. Pasó las pruebas de selección y el director lo llamó a su despacho. tras hablar con él, le anticipó: "Dentro de veinte años, tú serás el director de este banco". Un punto de inflexión que le hizo estudiar Ciencias Económicas y alcanzar, a los 22 años, el puesto de director de inversiones.

En 1969 se traslada a Paraguay para dar un impulso a su carrera bancaria. Primera parada, primer reto: reflotar el Banco de Asunción. Después seguirían Rivas y García (1973), Banca Jover (1974) y Bankunión (1978) hasta que en 1999, todo estaba preparado para que entrara en La Caixa de la mano del director general, Josep Vilarasau.

De aquella época se cuenta una anécdota que habla por sí sola. Lo primero que hizo Fainé al incorporarse a la entidad fue recorrer toda la red de oficinas. Una por una. Más de 500. No lo hacía en vano sino fiel a sus principios. Tan convencido estaba de que el contacto humano es la clave del liderazgo y la comunicación, que llegó a decir a Vilarasau que no pasaría por el despacho en unos días. Quería conocerlo todo, hasta el último rincón de cada oficina y el último detalle de cada trabajador.

De su llegada a la presidencia de La Caixa y, posteriormente, a CaixaBank, quienes lo rodean destacan la faceta humana, su mirada emprendedora del mundo de las finanzas y un liderazgo de raíz optimista. Desde el diálogo hasta la colaboración para adentrarse en el talento. Discreción, trabajo, creatividad y fuerza de voluntad son pilares de su estrategia de oficinas, siempre a la última. Así es como revolucionó el Grup La Caixa. Primero, con la salida a bolsa de Criteria CaixaCorp (2007), la sociedad encargada de llevar a cabo la estrategia inversora y la expansión internacional; después con la cotización de CaixaBank y, finalmente, con la transformación de La Caixa en Fundación Bancaria. Reinventarse para preservar la esencia. Como dice él, "mantener, fortalecer y desarrollar tres ámbitos de actuación fundamentales: el financiero (CaixaBank), el empresarial (CriteriaCaixa) y el social, nuestra razón de ser (Fundación Bancaria La Caixa)."

Ahora, con 74 años, Fainé asegura que conserva la misma ilusión con que entró a La Caixa pero con una experiencia sobradamente reforzada. Todavía no tiene tiempo para detenerse, Por un lado, la presidencia de La Caixa, la tercera fundación social del mundo. La obra social. Por otro, la presidencia de Gas Natural Fenosa, el alma energética de La Caixa. Una combinación que para muchos resultaría casi inasumible pero que para Fainé no deja de ser un paso más, siempre abanderado por su ética de la autoexigencia apasionada.