Toni Bou no tiene rival. El catalán se impuso en Niza para conseguir su vigésimo primer título de la Federación Internacional de Motociclismo y, con el de ayer, ya encadena 11 trofeos consecutivos en pista cubierta.

Aunque con sólo acceder a la final ya era el campeón, Bou no se relajó en ningún momento y demostró que su competitividad va mucho más allá. El de Piera acabó el certamen de forma impecable con 80 puntos, a 20 puntos del segundo clasificado, Adam Raga, y 43 de Jeroni Fajardo, tercero. De esta manera, y después de vencer en las otras tres mangas de la competición (en España, Austria y Francia), el piloto de 30 años no dio ninguna opción a los otros participantes.

Un dominio absoluto

La imbatibilidad de Bou parece no tener límites ya que este sigue sin conocer la derrota desde el 2007. Sobre todo en Indoor, pero también al aire libre, los porcentajes de victorias no tienen precedentes y a medida que pasan los años no dejan de aumentar. La prueba es que este año 2017 el piloto ha ganado el 100% de las pruebas de X-Trial.

"Era el momento perfecto para mí, la noche no podría haber ido mejor. Encontrar mi mejor forma en este acontecimiento importante y llegar neto a la final es una gran forma de conseguir el trofeo. Me sentí presionado en la clasificación ya que no era complicada, pero aun así lo hice bien. Estoy muy contento, no sólo por mí, sino que también por todo el equipo", ha explicado.

Otro aspecto a destacar de su supremacía es que Toni Bou es el más joven de los cinco pilotos punteros en cada prueba. Su dominio no tiene límites y lo volverá a poner a prueba a partir del 13 de mayo, cuando empieza el Mundial Outdoor, en una competición en que también defenderá título.