Mientras el mundo del dinero especula sobre si este estrenado diciembre traerá su habitual rally navideño —en el 75% de los casos los mercados de acciones suben este mes—, la semana que comienza ofrece pocas expectativas para las bolsas y los bonos. En la pasada tanda se confirmó la contención de los precios en las principales economías, todavía lejísimos de los objetivos de inflación del 2% que tienen marcados los bancos centrales de Estados Unidos y la Eurozona. Este hecho, adelantado por los inversores, explica en gran medida el alza que han vivido las bolsas desde mediados de octubre con un alza media del 14%. Sin embargo, el optimismo sobre los precios y unos tipos de interés subiendo de forma más moderada tendrá que confirmarse durante los días 14 y 15 de diciembre cuando la Reserva Federal estadounidense (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE) decidan si suben 0,5 o 0,75 puntos sus tipos de intervención, aunque todos esperan alzas de solo medio punto.

Así, esta semana se queda en el camino intermedio de los buenos datos inflacionistas y su confirmación en la próxima. Lo que los expertos califican de semana de transición donde lo esperado es que tanto acciones como bonos mantengan sus actuales niveles o caigan ligeramente. Sin duda, no hay estímulos para una subida clara.

Pero con el capítulo de los tipos medio cerrado, comenzarán a aparecer nuevas preguntas para dar una dirección al mundo del dinero. Y esas preguntas se formulan en términos de crecimiento o recesión económica y también en cómo la marcha económica afectará a los beneficios de las empresas que, junto con los tipos de interés, son las dos variables que explican los precios de las acciones.

Lo más destacado de esta semana son en Europa las ventas minoristas y la confianza del inversor. Dos variables que hablan tanto de presente en cuanto la demanda interna tira o no de la economía y también de futuro por la percepción que el inversor tiene sobre la situación económica actual y la venidera. Todo ello trufado con indicadores manufactureros de varios países europeos que, de momento, se encuentran por debajo de 50 y, por tanto, en niveles de recesión. Las previsiones sobre estos datos se mantienen planas y no se esperan sorpresas que puedan decantar la balanza para comprar o vender en los mercados.

 En Estados Unidos los principales datos girarán sobre su balanza comercial, los pedidos industriales y la confianza del consumidor que elabora la Universidad de Michigan. Sin duda, indicadores interesantes pero no determinantes en el devenir de los mercados como sí lo fueron la semana pasada los precios que tanto vigilan los bancos centrales.

La gran pregunta de los beneficios empresariales seguirá rondando en el tapete de la mesa del dinero mundial, aunque no habrá datos relevantes. Los últimos informes apuntan a que en el tercer trimestre del año el beneficio de las compañías que forman el índice estadounidense S&P 500 subió el 4,6%, mientras las expectativas de crecimiento se situaban en el 2,7%. Un dato, sin duda, muy positivo pero que solo mira al pasado. Ahora toca averiguar cómo la desaceleración económica ha afectado al cuarto trimestre del año. Y parece que existe un optimismo excesivo según indica Stefan Rondorf, senior investment strategist de Allianz Global Investors, que indica: “Sería útil que las previsiones de beneficios reflejaran los mayores riesgos de una recesión económica. En un entorno en el que el dinero ya no se presta a un interés casi nulo, las empresas con flujos de caja constantes que puedan ser percibidas como generadoras de rentas inmediatas vuelven a parecer más atractivas. Algunos temas transversales como la seguridad nacional, que implica áreas como la alimentación, la energía y la ciberseguridad, parecen interesantes, al igual que las empresas que ofrecen soluciones innovadoras para combatir el cambio climático”.

Una semana, pues, de tranquilidad en los mercados —salvo sorpresas inesperadas— donde moderadas subidas y descensos conseguirán un mantenimiento de los niveles actuales y, en todo caso, una ligera recogida de beneficios. Los más apasionados del mundo de la inversión es muy posible que se aburran.