Snap Inc., la compañía matriz de la aplicación Snapchat, ha anunciado un acuerdo estratégico y multimillonario con la empresa especializada en inteligencia artificial Perplexity. El pacto, valorado en 400 millones de dólares, tiene como objetivo integrar las funciones de búsqueda y respuesta de esta IA de élite directamente en el corazón de Snapchat.
Esta decisión no es un movimiento aislado, sino la piedra angular de una nueva ofensiva para revitalizar y modernizar la plataforma ante la competencia. La integración, programada a partir de 2026, situará a Perplexity dentro de la misma interfaz de chat de Snapchat. El objetivo es claro: ofrecer a los casi 1.000 millones de usuarios de la app –en su inmensa mayoría pertenecientes a la generación Z y muchos de ellos menores de edad– respuestas inmediatas, conversacionales y, sobre todo, fundamentadas en fuentes verificables.
El mercado ha reaccionado con entusiasmo. La noticia coincide con la publicación de los resultados trimestrales de la firma Snap, que han superado con creces las previsiones de los analistas. El efecto combinado es una auténtica inyección de confianza: las acciones de la tecnológica se disparan hasta un 25%, un indicador incuestionable del optimismo de Wall Street hacia esta nueva alianza. Evan Spiegel, director ejecutivo de la empresa Snap, lo tiene claro.
El máximo responsable de la firma cree que su meta es “hacer la IA más personal, social y divertida”. Spiegel visualiza un futuro donde la inteligencia artificial no es una herramienta aislada, sino un hilo integrado en “las amistades y las conversaciones” de los usuarios. Además, deja la puerta abierta a futuras colaboraciones, señalando que la empresa espera “colaborar con más socios innovadores en el futuro”.
Este acuerdo se inscribe en una tendencia global imparable: la fiebre de la inteligencia artificial. Un sector actualmente dominado por un puñado de gigantes tecnológicos –como OpenAI, Nvidia, Oracle o AMD– que, recientemente, han intensificado sus alianzas para retroalimentar el desarrollo y acelerar la carrera. Esta euforia inversora, sin embargo, también despierta voces de alerta entre los observadores, que comienzan a hablar abiertamente de una posible burbuja especulativa en torno a la IA
El estado de salud financiero de la empresa Snap también está en el punto de mira. Aunque la compañía sigue sin ser rentable, el último trimestre muestra un ajuste positivo. La compañía reduce sus pérdidas hasta los 104 millones de dólares, un descenso significativo impulsado principalmente por la fuerte demanda de los anunciantes. Paralelamente, los ingresos de Snap suben un 10% respecto al año anterior, alcanzando la cifra de 1.500 millones de dólares. Estos números, junto con el acuerdo con Perplexity, son el oxígeno que necesitaban los inversores para mantener la fe en el proyecto.
No todo son noticias positivas. La empresa también admite abiertamente uno de sus mayores retos de futuro: el contexto regulatorio global cada vez más estricto. Snap reconoce que su negocio en Snapchat se verá afectado por las crecientes normativas diseñadas para proteger la salud mental de los menores de edad en todo el mundo.
Como ejemplo concreto, cita las nuevas y severas leyes australianas que establecen una edad mínima de 16 años para utilizar las redes sociales sin permiso parental, un reto directo para una plataforma que tiene en su base de usuarios a millones de adolescentes. En definitiva, Snap posiciona su tablero de juego para la próxima década. La integración de Perplexity no es solo una funcionalidad nueva; es una apuesta existencial para permanecer relevante en la era de la IA, un intento de atraer y retener una generación que no entiende el mundo sin asistentes inteligentes y respuestas instantáneas. La apuesta está sobre la mesa, y el mercado, de momento, aplaude.