Isabel García Frontera (Madrid, 1970) es directora general de Free Now en España desde 2021, aunque lleva rondando por la compañía seis años. Antes, fue directora de operaciones. La plataforma, que en Barcelona cuenta con uno de sus tres polos tecnológicos europeos y más de 150 empleados, hace de intermediaria entre el usuario y distintos servicios de movilidad, como bicicletas, motos eléctricas, patinetes y coches compartidos. Aunque su servicio más conocido son los taxis. De hecho, fue el motivo de su nacimiento, primero bajo la marca MyTaxi, que en 2019, cuando su propietario (Daimler) se fusionó con BMW, cambió de nombre y de concepto, transformándose en una app global, que el usuario puede usar en cada país de Europa donde la empresa está presente. 

En España hay unos 10.000 taxistas que prestan sus servicios en Free Now, más del 80% entre Madrid y Barcelona, sus principales mercados. Pero la compañía no está viviendo sus mejores momentos en la Ciudad Condal, donde las protestas de taxistas y las denuncias de las asociaciones son una constante. Incluso, el Instituto del Taxi del Área Metropolitana de Barcelona (IMET) le ha prohibido subir comisiones, como sí han hecho en el resto del país. Pero no por ello se plantean abandonar la ciudad, donde además se han marcado como objetivo ayudar a sacar adelante la futura ley del taxi (ley de transporte público).

Barcelona fue la primera ciudad en la que comenzaron a ofrecer servicios de taxi, pero también es en la que más problemas tienen, ¿se plantean salir?
No nos planteamos salir, es la primera ciudad a la que llegamos hace 11 años y en la que tenemos desde 2019 el centro tecnológico más grande fuera de Alemania (la ciudad donde nació la empresa) con más de 150 personas trabajando en el desarrollo de la app. Hicimos una apuesta y se mantiene. Hay jaleo, pero no nos vamos.

¿Hay más jaleo que en Madrid?
Hacen más ruido. En Madrid también se está produciendo un cambio de regulación tanto para taxis como VTC, que está previsto que salga adelante al final de este año, pero se habla con los reguladores y asociaciones, hay consulta pública, se hacen alegaciones... Cada uno da su opinión, pero no se sale tanto a la calle a protestar. Se lleva más tranquilamente.

¿Ese ruido de Barcelona ensucia la imagen de Free Now?
Me preocupa más la imagen que se le da al usuario del taxi. No es amable, ni positiva. Creo que es algo que las asociaciones no se están planteando. Si das imagen de agresividad, transmites solo problemas y afectas a los ciudadanos con paros, no ayudas a dar buena imagen del sector.

Los barceloneses se quejan además de la falta de taxis, ¿hay poca oferta?
Sí, hay momentos que faltan taxis, pero nosotros no ordenamos el transporte, para eso está el IMET. Desde hace unos años el turismo ha crecido mucho en Barcelona mientras que el número de licencias sigue igual. El sector está en contra de ampliar el número y tiene sentido, pero nosotros creemos que entonces las que hay se deben usar más. De tal forma que exista un doble turno y pueda haber más taxis en la calle. No da buena imagen a la ciudad de Barcelona que llegues a la estación de Sants y tengas una cola de 40 minutos. Además de dar mala imagen a la ciudad, puede interferir en tus planes.

Isabel García Frontera, Free Now
Isabel García Frontera, Free Now. 

¿Con el doble turno se solucionaría el problema?
Nuestro tamaño es lo suficientemente grande para demostrar que lo que reflejan nuestros datos es una realidad, tenemos 4.000 taxistas en Barcelona. Ahora mismo vemos que hay una franja por las mañanas, a la hora de ir a trabajar, donde el servicio se resiente, aunque se va prestando. Pero por las tardes faltan taxis y también en eventos especiales como un partido del Barça, además de los fines de semana. Se han permitido refuerzos y hay licencias para salir a trabajar de tarde o de noche los fines de semana, pero no resuelven el problema. Ayudaría que los taxistas trabajen su jornada pero que después el vehículo, con otra persona, pueda seguir prestando servicio. Habrá taxistas a los que les interese tener asalariados y gestionar su inversión, que es el taxi. Es decir, rentabilizar el vehículo, que no tiene nada que ver con trabajar 24/7. Nosotros hemos compartido los datos con el IMET y ellos tienen que negociar con las asociaciones

"Las asociaciones son más guerreras en Barcelona que en Madrid"

¿Y cómo es la relación de Free Now con las asociaciones?
Complicada. Tenemos visiones muy diferentes, pero no es un problema. En Barcelona son más guerreras que por ejemplo en Madrid, donde menos del 60% de los taxistas están en una asociación y no son tan representativas.

La asociación Élite de Barcelona denuncia que estén cobrando una comisión del 15% a los taxistas. ¿Esto es así?
Nosotros somos una empresa tecnológica y ofrecemos dos apps, la del pasajero y la del taxista. Desde el comienzo hemos cobrado una comisión a los taxistas por cada trayecto que completan a través de la app, que es del 12,5% + IVA en toda España. Ese 15% será un aproximado sumando el IVA.

Y en septiembre empezaron a cobrar nuevas comisiones a los usuarios por reserva anticipada o cancelar el viaje...
Sí, queremos monetizar y rentabilizar. Somos un negocio y buscamos aumentar los ingresos. Es una comisión adecuada y habitual en el sector de las tecnologías de la información a las que pertenecemos.

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Isabel García Frontera, Free Now.

¿Entonces ahora en qué se diferencia Free Now de Uber o Cabify, que también las cobran?
En que no tenemos VTC y no fijamos precios, en nuestro caso las fija el regulador de cada ciudad donde operamos. El Ayuntamiento de la ciudad. También en que el usuario sabe que no vamos a tener incremento de tarifa en momentos de alta demanda. Respecto a los taxistas tradicionales, pues en que intermediamos a través de una app que te asigna el servicio más cercano cuando reservas. Aprovechamos la tecnología para que no tengas que salir a la calle a buscar un taxi, para que no lleves dinero o que puedas tener el recibo en el móvil.

La nueva comisión no han podido aplicarla en Barcelona, ¿piensan hacer algo?
En ello estamos, lo hemos denunciado al contencioso-administrativo por la interpretación que se hace de la regulación. El IMET considera que con esta nueva comisión alteramos la tarifa, pero la interpretación que se hace es errónea. Como plataforma estamos en nuestro derecho de monetizar servicios, lo hacemos en todas las ciudades europeas y los nueve países donde operamos. Después es el usuario quien decide si usa nuestra app o no. La regulación europea nos asiste, dice que podemos cobrar por el servicio, que no es el transporte.

No es el único asunto judicial pendiente, en diciembre se celebra la Audiencia por la demanda de Élite Taxi por competencia desleal...
Resolveremos en el juzgado este tema. Ya en el 2018 nos pusieron una demanda por lo mismo, los descuentos que ofrecemos a los nuevos usuarios para que nos prueben. Aunque lo pagamos nosotros, están en contra de estos. Ya hubo una sentencia en segunda instancia y firme en la que se dijo que no había problema y podíamos aplicarlos, pero insisten en retomar el tema.

"Esperamos que la ley del taxi no esté cocinada por las asociaciones"

Y ahora se inician las negociaciones para la futura ley del taxi. ¿Qué piden?
El panorama de la movilidad ha cambiado mucho en los últimos años, cuando surge la ley no había ni smartphones y ahora se debe contemplar la figura de los intermediarios tecnológicos. Nosotros no tenemos licencias ni decidimos cuanto cuesta el kilometraje, solo ponemos en contacto a taxistas con usuarios. Debe haber espacio para las plataformas de intermediación.

Está previsto que la ley se aplique ya en 2024, ¿cree que será posible?
Hemos sido convocados por la Dirección General de Transporte y Movilidad el día 19 de octubre para celebrar una primera reunión. Entiendo que, desde la Generalitat, ya se está trabajando y vemos positivo que se aborde esta ley, pero se debe abordar con la complejidad de como funciona ahora el sector. Las prisas son malas consejeras y es importante buscar el consenso de todos.

¿La ley llega tarde?
Nunca es tarde siempre que sea una ley abierta y no esté cocinada por las asociaciones. Hay que evitar comentarios como "moverse por Barcelona es un infierno". Debe haber una mejora para la ciudadanía y para el sector. Habrá un escollo con el tema de si somos operador de transporte o si somos una plataforma tecnológica, y esa será la parte donde habrá que discutir.