José Manuel Soto, trovador ultra español por antonomasia, acaba de despedir a una de las últimas neuronas que paseaban por su cerebro. Un funeral con honores y boato tabernarios, gracias a un tuit marca de la casa que, seguramente, sea uno de las más asquerosos que ha hecho nunca en redes. Ya saben que las hordas fachas tienen nueva cruzada reaccionaria con el llamado 'pin parental', y cualquier excusa, argumento, locura o sandez sirve a la causa. La medida y la decencia no importan un rábano, la cuestión es decir la burrada más grande mientras apuran el último trago del 'sol y sombra' y hacen volar su imaginación. Y Soto, en este apartado, tiene tres másters, dos posgrados y un buen manojo de menciones honoríficas.

monasterio y vox

VOX.es

¿Qué argumento de peso, bien fundamentado y edificante utiliza al andaluz para reclamar la censura de padres y madres respecto de las materias de diversidad o igualdad en las escuelas? Pues una bestialidad cum laude, digna de mentes perturbadas. Lo tiene todo: "¿Yo me pregunto una cosa, a los niños (y niñas) musulmanes también los obligarán a participar en los talleres de ideología de género y en las clases prácticas de masturbación grupal o los liberarán por respeto a su cultura?" El hombre acompaña su pregunta con una noticia de diario que apoyaría su tesis: "No me invento nada". Lástima que, como todo a la vida del cantante, sea sólo fruto de su perversa forma de mirar el mundo. La noticia no habla de ninguna escuela ni de niños ni niñas, sino de la iniciativa de un colectivo que, finalmente, no ofreció el "taller de masturbación" en las instalaciones de la Junta de Andalucía, sino en un bar de copas. Ahora bien, José Manuel es de aquellos que difama, que algo queda, y mezcla todo para vomitar la frase más abyecta posible. Los tuiteros ya ni ríen, sólo lo compadecen.

José Manuel Soto armada @josemanuelsoto oficial

José Manuel Soto @josemanuelsoto_oficial

Ya lo decíamos hace unos días: Quien necesita imperiosamente un 'pin parental' es VOX y su legión de 'palmeros' incendiarios. Ningún niño cerca de cavernícolas.