En la era dorada del cine de acción de los 80 y 90, los músculos y las patadas voladoras reinaban en la gran pantalla. Entre los colosos que dominaban este género, Jean-Claude Van Damme y Steven Seagal se perfilaban como dos de los más icónicos. Sin embargo, lo que el público no sabía era que detrás de las cámaras, una rivalidad silenciosa amenazaba con estallar en cualquier momento.
Todo comenzó en 1991, cuando Seagal, presionado en el show de Arsenio Hall, lanzó la primera piedra cuestionando los logros de Van Damme en las artes marciales. "Creo que es una cuestión de opinión que fuera campeón en algún lugar. No estoy siendo mezquino ni nada por el estilo, le deseo lo mejor. Pero hay mucha gente que dice que eso no es verdad", dijo Seagal. Este comentario, aparentemente inofensivo, parecía la semilla de una tensión que crecería con los años.
Van Damme, conocido por su temperamento explosivo, respondió tres años después en una entrevista para MovieLine. Con una mezcla de diplomacia y sarcasmo velado, describió a Seagal como "un buen tío, pero está muy tenso", y puso en duda su condición física y su capacidad para evolucionar como actor. "No está en buena forma física, en absoluto. Llegó a la pantalla interpretando a un machote que lucha con traje. Warner Bros le promocionó mucho en 'Por encima de la ley' y la película no funcionó mucho (…) Ahora tiene que cambiar, encontrar algo nuevo. Será... difícil”, dijo el belga. Estas declaraciones alimentaron los rumores de una enemistad creciente entre las dos estrellas.
La fiesta que casi termina en KO
El punto álgido de esta historia llegó en 1997, en una fiesta organizada por Sylvester Stallone en su mansión de Miami, evento que se convertiría en el escenario perfecto para el enfrentamiento que todos esperaban. Según relató el propio Stallone, “Van Damme estaba cansado de que Seagal dijera que podía patearle el culo, así que ofreció a Seagal salir a mi patio trasero. (...) Seagal puso una excusa y se marchó. Pero Van Damme, que estaba como loco, lo localizó en un club nocturno y volvió a ofrecerle salir afuera. (...) Van Damme era demasiado fuerte. Seagal no quería nada de eso”
Sin embargo, lo que podría haber sido el duelo del siglo terminó en nada más que empujones y palabras acaloradas. "No hubo ninguna pelea, solo algún empujón. Esperé dos horas pero nunca vino, fue muy irrespetuoso", contó Van Damme. Seagal, por su parte, dijo lo siguiente: “Se acercó a mí. Echaba espuma por la boca. Simplemente le dije, "cuando estés sobrio, si ese día llega, vienes y me dices lo que quieras"".
Un final pacífico para una rivalidad legendaria
Con el paso de los años, el fuego de esta rivalidad se ha ido apagando. Jean-Claude Van Damme, ahora con 63 años, ha declarado recientemente que ha pasado página y no guarda rencor alguno hacia Steven Seagal. "Cuando eres joven quieres ser el más macho. Si lo viera hoy, no tendría ningún problema", reflexionó el actor belga. No obstante, no podemos evitar preguntarnos qué habría pasado si aquella noche en Miami las cosas hubieran sido diferentes. ¿Quién habría salido victorioso en un enfrentamiento real entre estos dos titanes del cine de acción? Es una pregunta que quedará para siempre en el reino de la especulación.